Se trata de una flor muy extraña y tiene un tamaño increíble: ¡Un metro de diámetro y 11 Kg de peso!
Carece de hojas, no cuenta con un tallo y tampoco echa raíces. Todas las plantas necesitan de la fotosíntesis para vivir, sin embargo, ella no, lo que presenta un enigma a descifrar para el universo científico.
¿Cómo sobrevive esta flor conocida como la más grande de cuantas hay sobre la tierra? Su estrategia de supervivencia consiste en parasitar a otras plantas, se instala en las raíces de los árboles y les absorbe los nutrientes. Además, combina dos tácticas para atraer a los insectos polinizadores: Emite energía calórica, suelta calor y tiene un aroma fétido que simula el de un animal en descomposición.
Fue descubierta en el 1818 por Thomas Stamford Raffles y por Joseph Arnold y por eso su identidad está vinculada con sus padres científicos, se la conoce como Rafflesia arnoldii.
Algunas personas se parecen a esta flor exótica, enmascaran una estructura débil y el atractivo que despliegan sólo actúa como una herramienta de simulación. Parasitan en ámbitos donde hay nutrientes, buena energía y alegría, se alimentan como los vampiros de la energía de otros. Parecen seres cálidos, no obstante, esto es sólo una trampa. Tienen la sonrisa y la empatía de la Rafflesia arnoldii, son seres sin raíces que desarrollan magnetismo con un solo propósito: alimentarse a expensas de otro.
Son flores podridas.
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