¿Qué es dejar un legado? ¿Cómo te gustaría que te recuerde la gente? Ay Abuelo, ya han pasado más de 3 años desde que te nos adelantaste, desde la última vez que te pude ver en este mundo extraño.
Aun recuerdo nuestra despedida, mi visita imperdible a tu casa cada vez que podía, pasábamos horas cantando juntos, “Mi gusto es”, “Canción Mixteca”, siempre con sentimiento, siempre con emoción, también filosofábamos, me aconsejabas, sentado en tu mecedora con tu vasito de agua, y yo a la par en la mía, cerquita, muy cerquita, para escucharte bien.
De repente se me ocurrió proponerte algo que te hacia feliz y te pregunte: “Abuelo, ¿compramos lotería?”, en ese momento tus ojos se iluminaron y me sonreíste al darme al momento tu numero de la suerte y comentaste “Seguro la ganamos”.
Te dije, ahorita regreso y me fui corriendo al mercado, mientras recordaba muchos momentos juntos, tus tantos consejos que aun no he podido aplicar, por más sencillos que parezcan, tus cantos y poemas a tu gran amor, mi abuelita Lupe, que se te adelanto 35 años, casi lo que yo tengo de edad, y que a tus 101 años seguías recordándola y enseñándonos como es el verdadero amor.
También recordé como te gustaban tus “conchas” con leche para cenar, tu amor por el trabajo, el no tener nada y después todo, tu vida en la política, las traiciones de tus amigos, los desayunos todas las mañanas con tus hijos, tus bendiciones en mi frente y en la de todos tus hijos, nietos, sobrinos y bisnietos, las flores que siempre regalabas a las mujeres, tu caballerosidad, tus “domingos” o mesadas, que me permitían comprarme dulces en la tiendita de la “Maestra Yola”, o ir al cine con mis amigos.
Ay abuelo, cuantas historias tenías, cuantas historias teníamos juntos. Todavía recuerdo que siempre me acompañabas en todas mis ceremonias de la escuela, y eso que no te gustaba desvelarte.
Me acompañaste hasta el final, hasta el ultimo día en mis proyectos, te logré convencer de participar en Vibremos Positivo y me enviabas videos y consejos que quedaron grabados en redes, pero sobre todo en mi mente, en mi memoria, lo hiciste por mas de 1 año, a tu edad, y yo tenia el pretexto perfecto para poder presumirte por todo el mundo y auto convencerme que era tu nieto preferido, hasta que tu cuerpo decidió partir.
Ay abuelo, y no fui el único que quería hacerte un homenaje, resulta que has quedado inmortalizado en nuestro México, en nuestra ciudad, con una calle que lleva tu nombre, reconociendo tu gran trayectoria como profesional, como ser humano, dando dirección a la gente, como lo hiciste en la vida de muchas personas, como lo hiciste en la mía.
Hoy vuelven a mi las lágrimas de alegría, al recordarte y extrañarte, pero sobre todo, agradeciendo lo afortunado que soy por haber coincidido contigo en esta vida. Al final de aquel último encuentro, regresé con los cachitos de lotería, seguías sonriendo pícaramente, te di un beso en la mejilla, me diste tu bendición. “Te amo abuelito”, te dije, me respondiste, “yo también”, guarde tu rostro en mi memoria, vi tus ojos alegres y divertidos, tu camisa de cuadros, tu boina, tu barba afeitada, siempre impecable, siempre perfecto, siempre tú.
Sabía que era nuestra despedida y no me equivoqué, sin embargo, aquí seguimos, juntos, cantando, bailando, conversando, contando historias, a pesar del tiempo, de la vida, de la muerte, más fuertes que ayer... -JL
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