Hablando específicamente de la economía del hogar, durante muchos años se han establecido roles o funciones, en cuanto a lo que se espera de hombres y mujeres dentro de la administración financiera; en donde por lo general el hombre es proveedor y la mujer es receptiva, siendo también en algunos casos la que administra los egresos.
Esta es una forma de funcionar que han adoptado muchas parejas y, mientras ese haya sido el acuerdo inicial, todo puede desarrollarse bien. ¿Pero qué sucede cuando algo dentro de la pareja se fractura y es necesaria la disolución de la misma?, o ¿qué sucede cuando él utiliza el dinero como una forma pasiva de control?
En muchas situaciones de separación, debido a que la fuerza económica proviene del hombre, las mujeres comienzan a sentirse limitadas en cuanto a sus decisiones, debido a que las invade la preocupación de la solvencia económica. He escuchado a muchas mujeres decir en mi consulta: "si me separo, no sé trabajar, no tengo ingresos, ¿qué haría?".
Si bien lo ideal es llegar a acuerdos sanos en donde ambas partes se vean beneficiadas, un plus para la mujer es que ella misma en mayor o menor medida puede generar sus propios ingresos. Actualmente, las actividades de emprendimiento o de venta de algún producto se han facilitado con la ayuda de redes sociales, haciendo la actividad mucho más sencilla desde el interior del hogar y siguiendo de cerca la crianza de los hijos (según sea el caso).
Es importante considerar que para una mujer, el poder tener ingresos económicos de manera individual, es decir, que surjan de actividades o funciones propias, le dan un grado de seguridad personal. He visto a mujeres levantarse emocionalmente y sintiéndose más seguras de sí mismas cuando empiezan a explotar sus habilidades creativas para generar ingresos propios, esto debido a que se desarrolla en ellas una parte de su autonomía personal, dándose cuenta de lo que son capaces de hacer y superando sus propias creencias limitantes.
Por otro lado, al fomentar la independencia económica en las mujeres, hay una tendencia a disminuir la agresión pasiva que pueda existir por parte del compañero, pues recordemos que también existe cierto grado de control en el manejo de dinero siempre y cuando no existan acuerdos establecidos por ambas partes, como por ejemplo "ya no te voy a dar para la mensualidad de tu gimnasio porque estoy molesto contigo" o "no te voy a dar para esa cena con tus amigas porque no confío en ti".
Al fomentar tu independencia económica, te recuerdo que no se trata de una lucha de poder entre géneros, sino de impulsar tu crecimiento y desarrollo personal para hacer crecer tu autonomía individual.
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