Sarahí Pérez sigue en lucha por recuperar a su hija. (CORTESÍA)
Sarahí Pérez sigue en lucha por recuperar a su hija Rebeca Sarahí que en mayo del 2020 fue sustraída de un hospital en Torreón donde se recuperaba de un problema cardíaco. Fue su propio padre él que la sacó del nosocomio y la apartó de la vista de su madre.
Cuando los hijos e hijas de las mujeres que son víctimas de violencia de género son instrumentalizados como objeto para maltratar y ocasionar dolor, tiene un nombre, se llama violencia vicaria, y, cabe mencionar, desde el año pasado ya se considera delito en Coahuila.
Desde hace poco más de dos años, Sarahí atraviesa por esa violencia, que, según la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, es la que se ejerce a través de interpósita persona (o violencia vicaria) cualquier acto u omisión que, con el objetivo de causar perjuicio o daño a las mujeres, se dirige contra las hijas y/o hijos, familiares o personas allegadas, ya sea que se tenga o se haya tenido relación de matrimonio o concubinato; o mantenga o se haya mantenido una relación de hecho con la persona agresora; lo anterior aplica incluso cuando no se cohabite en el mismo domicilio.
La persona que incurra a lo anterior, según el Código Penal de Coahuila, será sancionada con 6 meses a 6 años de prisión, y además se deberá someter a un tratamiento psicológico especializado, que en ningún caso excederá del tiempo de la pena de prisión impuesta, independientemente de las penas que correspondan por cualquier otro delito que resulte.
Sarahí, me dice que antes no conocía el concepto de violencia vicaria, pero hoy desde su trinchera continúa rastreando el paradero de su hija que actualmente ya tiene 14 años de edad.
La madre está segura de que su hija ya no está en La Laguna. Recuerda que tres días después de que su menor hija desapareciera del hospital donde se le realizaban estudios se activó la Alerta Amber, después, mencionó, se interpuso otra denuncia por violación “porque la psicóloga de mi hija me dijo que mi niña había sufrido una violación por parte de su papá, la cual yo desconocía”.
A pesar de lo anterior, expresa Sarahí Pérez, el licenciado Marco N, le entregó la custodia al papá.
Actualmente su caso es respaldado por el colectivo Activistas Feministas de La Laguna y Justicieras por Nuestras Infancias, que junto con ella siguen tras la huella de la pequeña Rebeca Sarahí.
“Quiero recuperar a mi hija, quiero recuperar el tiempo perdido, quiero que convivamos mis dos hijos y yo como la pequeña familia que somos. Quiero que la niña tenga una calidad de vida como yo estaba tratando de dársela, que vaya a la escuela y que recupere sus promedios”, concluyó la mamá víctima de violencia vicaria.
