Vladimir Alvarado, escultor del Cristo de las Noas, desconocía proyecto de coronación
A sus 86 años de edad, Vladimir Alvarado (Saltillo, 1938) no deja de crear en su taller ubicado en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde reside desde hace seis décadas. Aunque ya sólo se da el gusto de trabajar proyectos personales, su ímpetu artístico le otorga vitalidad. La obra producida por sus manos es vasta y debido a su trayectoria, el Museo de Arte de Ciudad Juárez le dedicó una exposición retrospectiva en octubre de 2021.
Alvarado también ha dejado huella en Torreón. Obras como las esculturas monumentales de El Campesino o La Soldadera (mejor conocida como La Adelita) han logrado otorgar identidad a la ciudad. Por tal motivo, El Siglo de Torreón llamó vía telefónica al escultor del Cristo de las Noas para conocer su opinión sobre el proyecto de la coronación de esta escultura, proyectada para la Semana Santa de 2025, pero respondió con extrañeza: “No, no sabía nada”.
Al compartir que no fue notificado por ninguna autoridad del Santuario de Cristo Rey o de la Diócesis de Torreón, don Vladimir Alvarado relató la historia del actual Cristo. En 1981, una vez que se le comisionó el proyecto, comenzó a trabajar en una maqueta de escala 10:1 en su taller de Ciudad Juárez. Más tarde regresó a Torreón, mostró el resultado y le fue aprobado por Fernando Romo, entonces obispo de la ciudad.
“Lo aprobaron y nos pusimos a trabajar. Tardamos aproximadamente un año y medio en el modelado, mandamos moldes y empezaron a hacer el vaciado, a levantar el Cristo, en fin. El total de tiempo de toda la obra, posiblemente fueron como unos dos años. Cumplí con mi trabajo, me gustó cómo quedó el Cristo”.
Ante la coronación del Cristo de las Noas, considera que los laguneros se acostumbraron a su imagen original. Dijo que algunas personas estarán de acuerdo, otras no, y que a él, particularmente, no le parece la idea de coronarlo.
“No fue dentro de mi idea hacer el Cristo con una corona, pero si ya lo proyectaron, si ya lo decidieron… son otras gentes, es otro obispo y otro sacerdote que está encargado de la capilla. En fin, son otras gentes que ya tienen esa idea y yo ya no puedo hacer nada. Es más, ni siquiera me pidieron mi opinión”.