Acuíferos de la Comarca Lagunera (ARCHIVO)
La sobreexplotación del agua subterránea en los acuíferos de la Comarca Lagunera, ha ocasionado que el líquido se extraiga de cada vez mayores profundidades, con mala calidad, contaminado con arsénico, pero también que, ante este agotamiento del recurso hídrico, existan reacomodos en el subsuelo y por consecuencia, el suelo en la región se hunde.
De acuerdo al estudio “La caracterización de la subsidencia y exposición de población vulnerable en la Zona Metropolitana de La Laguna”, que elabora el Servicio Geodésico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el suelo lagunero se está hundiendo y esto es debido a la extracción descontrolada que durante décadas ha persistido del agua. Este fenómeno se conoce como “subsidencia”.
Los investigadores de la UNAM identifican 853 localidades urbanas del país que presentan este problema, entre las cuales destaca la Comarca Lagunera, clasificada en un rango de vulnerabilidad alta y muy alta, que afecta a un 58 % de los habitantes de la región, pues en 2,940 kilómetros cuadrados hay al menos un proceso de subsidencia que va de 1 a 13.5 centímetros por año; identifican áreas críticas como Matamoros y Gómez Palacio, así como algunas áreas urbanas de otros municipios, incluido Torreón. Estimaciones conservadoras de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) señalan que la sobreexplotación es de 570 millones de metros cúbicos anuales, es decir, está haciéndose una extracción que nunca se recupera.
Y que la agricultura consume el 80 por ciento del recurso hidráulico en la región, un 15 por ciento es urbanodoméstico y el 5 la industria. En el documento Detección de zonas de subsidencia en México con técnicas satelitales, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) expone el caso de La Laguna y menciona que a pesar de la importancia que representa por la cantidad de habitantes y por la actividad económica que ahí se desarrolla, los antecedentes sobre estudios de subsidencia en esta región son escasos, por lo que de 2014 a 2018 se efectuó el levantamiento para actualizar las fallas y grietas.
Mediante la interferometría SAR con imágenes Sentinel-1 se detectaron hundimientos máximos de 12 centímetros por año al este de la ciudad de Torreón, Coahuila; sin embargo, también se tiene una zona con hundimientos significativos entre las localidades de El Lucero y San Felipe, en el estado de Durango.
A principios de los años 80, los pozos para extraer agua bombeaban a una profundidad de 80 metros. En la actualidad lo hacen a 400 metros.
Estudios señalan que hay una relación estrecha entre la profundidad y la calidad del agua debido a que hay intemperismo geoquímico, la roca se diluye con la presión en la extracción y suelta minerales madre, que son ricos en elementos químicos, dañinos para la salud.
A esto se le suma que el agua en la región es fósil, hay sitios donde el líquido tiene alrededor de 10 mil años y tiene más contaminantes.
