EDITORIAL Columnas Editorial Luy Caricatura editorial Enríquez

Columnas

Diálogo

Yoquepierdismo

YAMIL DARWICH

Así definen a los irresponsables en Nicaragua y entre nosotros las imágenes se definen por sí mismas:

Durante las inundaciones de los primeros días de septiembre, un remero, en la Avenida Morelos, bogaba alegremente ante las risas de amigos observadores; otro lagunero, paseándose en motonáutica en el oriente de la ciudad, haciendo virajes de profesional, entretenía a los vecinos inundados y lo inaceptable: trabajadores del municipio ¡regando! innecesariamente por la lluvia caída, en lo que queda de césped maltrecho y árboles descuidados de los camellones citadinos.

Tenemos más ejemplos de imprudencia: bolardos a lo largo de la Calzada Colón, entorpeciendo y afeando la que otrora fuera llamada "la calzada reforma lagunera" y no solo eso, construyeron una mini acera a todo lo largo de su trayecto, que no tienen utilidad alguna y, en desplante de ignorancia, sembraron plantas de ornato que murieron o están agonizantes, por ser vegetales perenes, de otro clima y condiciones. Ni qué decir de la llamada ciclovía, que permanece prácticamente sin uso y sí estrechando los dos carriles para automóviles.

Las irresponsabilidades continúan ampliando las aceras de la Avenida Matamoros, a la altura de la Catedral Católica, acortando carriles y yendo contra el diseño original del primer cuadro de la ciudad. Adiós al trazo del primer plano urbano, orgullo lagunero; si Federico Wolf viviera, se "arrancaría los pelos de la cabeza".

Ya en otras administraciones encementaron las avenidas del centro comercial, logrando afear su aspecto, creando mayores irregularidades del piso y hasta pronunciando las cunetas de los cruceros; así no son novedad las ocurrencias de las actuales autoridades. ¿Gastos mal intencionados?

¿Y qué me dice de nuestras plazas y parques públicos? Se han transformado en espacios para renta a comerciantes ambulantes que dejan fuera el concepto urbano mundial de zonas de recreación y esparcimiento y, en cambio, han acabado las serenatas y conciertos, a los que el pueblo asistía a refrescarse en las tardes/noches de verano. La insensatez se complementa con los muchos y diferentes tipos de vendedores de comida chatarra, juguetes de mala calidad y muchas artesanías.

Los llamados bosques -Carranza y Urbano, por citar dos de ellos- sin atención, con lamentos de sus sedientos árboles y prados por carencia de presupuesto; andadores con hoyancos, verdaderas trampas para los transeúntes y la vigilancia prácticamente desaparecida, oportunidad franca para robos y romances.

La ciudad con avenidas y calles destruidas por el tiempo, con la mala coordinación entre dependencias: primero pavimentan y luego abren zanjas sin tapar boquetes, ocasionalmenrte "nomás por encimita".

Los servicios de agua potable insuficientes, torturando a los sedientos habitantes de La Laguna; el drenaje, salvo remedos de desazolve en lugares visibles -"pa que se note"- obstruyendo el tráfico. Todo en lamentable deterioro que requiere un cambio completo de tubería, que denuncia su olvido por autoridades que no quieren "enterrar sus obras" … al fin que el agua sobra.

La iluminación pública deficiente: zonas en penumbra y otras "lagañosamente" iluminadas, oportunidad para románticos callejeros -los más audaces- y malandros, aprovechando la casi ausencia de gendarmes.

La vigilancia de la ciudad desafortunada, con vehículos destartalados y policías mal fajados, promoviendo la mala imagen y generando desconfianza. ¿Usted no se pone alerta cuando se le acerca alguna patrulla?

Desde luego que las apariencias importan y así, movilizan al personal de los diferentes servicios para que atraviesen vehículos y maquinarias en calles y avenidas principales, con personal que aparenta trabajar con ahínco.

Desesperante ver a un empleado de SIMAS pretendiendo hacer su trabajo, con dos o tres mirones -por así llamarlos- observando el esfuerzo del desafortunado. Toda esa ineficiencia y desfachatez sindical pagadas con nuestros impuestos.

Cuando busquemos responsables, pensemos en los politiqueros que nos tienen infestados -como a todo el país-, quienes únicamente se preocupan por cobrar y tratar de alcanzar "mejores lianas" para colgarse.

Simple de entender: "haz obras compadre", ahora con mayor desvergüenza.

Si ellos no hacen su trabajo -sobradamente cobrado- tampoco sus colaboradores lo harán y mal pagados cumplirán aquello de "se hacen como que me pagan y yo como que trabajo".

Ahora saben que tienen otro período para alcanzar sus objetivos personales; ¿sus "jefes"?... ocupados en construir su próxima elección, aunque peleando entre ellos. Cuentan con nuestra aburguesada irresponsabilidad: "mientras a mí no me afecten" y no alteren mi confort.

Le escribo "con el debido respeto", como dijera el dictadorcillo que nos hunde, pero me parece que, a pesar de la situación caótica del país y de La Laguna, aún no nos damos cuenta de que estamos como el sapo que pusieron a hervir a partir de agua fría y no alcanzó a reaccionar ante el incremento de temperatura, hasta que, demasiado tarde, ya estaba "sancochado".

Como siempre, termino preguntándole en esta entrega: ¿Cómo ve, le seguimos en la displicencia y el confort irresponsable?

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Columnas Editorial

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2330424

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx