ué es más significativo: que la presidenta electa Claudia Sheinbaum haya nombrado a Zoé Robledo al frente del IMSS después de que López Obrador lo "recomendó" en la Mañanera o que Robledo no se haya dignado a asistir a su nombramiento?
En el lenguaje político al que estamos acostumbrados las dos cosas son una ofensa para la presidenta electa. Ningún presidente, ni el más bocón que era Fox, se hubiese animado a recomendar públicamente y en una rueda de prensa a un colaborador para que continuara en su puesto. Ningún presidente electo, ni el más débil como fue en su momento Ernesto Zedillo, habría aceptado hacer un nombramiento y que el designado mandara decir que no podía ir porque tenía cosas más importantes que hacer.
La discusión no es, por supuesto, si Zoe Robledo es o no un buen funcionario, si tiene los méritos para continuar en el cargo. En una administración tan desastrosa en materia de salud, llena de decisiones fallidas y promesas incumplidas resulta muy complicado evaluar el desempeño de un funcionario al que simplemente un día le aventaron la papa caliente del IMSS-Bienestar, un programa improvisado tras el fracaso del Insabi. Sacó adelante un encargo que nunca estuvo claro y al que todos los días se le sumaron complicaciones. El asunto es de formas, porque las formas significan.
Más de algún optimista de la 4T argumentará que es un error analizar con códigos viejos la nueva política, sin embargo, resulta muy difícil entender una política donde las formas no importan, donde el presidente saliente impone su voluntad a su sucesora desde la Mañanera y ella solo sonríe diciendo ya veremos. En cualquiera que sea "el nuevo código político" esto es un avasallamiento. Más aún, si por alguna extraña razón el funcionario nombrado no podía estar (cuesta trabajo pensar que tuviera algo más importante que hacer o incluso que no se hubiese enterado con tiempo suficiente para cambiar su agenda) tampoco es que fuera urgente nombrarlo: faltan dos meses para la toma de posesión.
Sí, es cierto, la política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos. El problema es que a la presidenta los gestos comienzan a traicionarla, y los sapos a salirse del huacal. Tantos "pues" en el discurso de la presidenta electa al presentar al funcionario ausente no dejan sino dudas sobre su convencimiento. Cito: "El tema es que, pues, como ustedes comprenderán, está desarrollando sus actividades al frente del IMSS. (...) La decisión de que Zoé continúe al frente del IMSS tiene varios sustentos, varios campos. El primero, pues, es que ha desempeñado una gran función al frente del IMSS. Y el segundo es que uno de nuestros objetivos, pues, es consolidar el IMSS-Bienestar".
¿Por qué Zoé Robledo?, Pos por eso pues, como dicen en un rancho del sur de Jalisco cuando no hay más argumentos y quieren zanjar la discusión.