Todos somos vulnerables a nuestro entorno, sobre todo los jóvenes, que todo lo quieren de forma instantánea. Ellos y la gente de la tercera edad caen con la Ecoansiedad, definida como “temor crónico al colapso ambiental, que se produce al observar el impacto del cambio climático y la preocupación con el futuro”. Y ella es un espejo que dibuja también la problemática de lo sport.
Claro, porque todo lo que nos rodea, nos atraviesa, así como el francés Koundé al minuto 38, olvidado por la marca irrumpió por derecha y vio perfecto el pique de Raphinha entre los dos centrales blancos para meter un balón justo al salto y remate picado que venció a Courtois. A Rudiger solo le faltó aplaudir al 3-1 del Barsa. Luego haría el 4-1 también para la fiesta del Barcelona 52 en Yeda, Arabia Saudí, final de la Supercopa de España.
¿Por qué en Yeda? Por la sencilla razón de que el futbol es un negocio, y este mosaico de individualidades deslumbrantes, lo pudieron llevar los árabes a casa, como quien se da un regalo de gloria. Claro, Barcelona y Real Madrid cobraron ocho millones de euros cada uno. La vida es un espejo de realidades hoy mismo. Es como un show itinerante con protagonistas de lujo.
Hansi Flick (59) es un técnico de alto vuelo y se adaptó rápido a la política del presidente Laporta en el deseo de aprovechar el talento local de La Masía, su fábrica de jugadores. El domingo estuvieron en la cancha algunos de gran valor y calidad: Lamine Yamal (17), Pau Cubarsi (17) Marc Casadó (21), Alex Balde (21), Pedro González “Pedri” (22), Pablo Páez Gavira “Gavi” (20) y el arquero Iñaki Peña, que ingresó por el expulsado polaco Wojciech Szczesny. Todo un arsenal.
El futbol siempre será un fenómeno global y transgeneracional. La tv hoy nos da la oportunidad de ver con repeticiones las hazañas de esos artistas, con cámaras guiadas por pilotos que palpitan arte, fotógrafos tenaces y expresivos y de esa manera tratado el futbol con relatores de calidad que completan el cuadro, son como ilusiones que vuelan con el último suspiro del viento. Son como llamaradas en el desierto, que te inducen a sentirte a un lado de la cancha.
Ese mismo aparato que nos iluminó el domingo, una noche antes nos abrió la puerta a la realidad santista, esa donde quedaron cuestiones muy claras. Todos sabíamos que los fallones Chivas en cuanto acertaran una iban a lograr una diferencia definitiva. Ya antes Carlitos había desviado el penal de Alvarado, pero jamás creó Santos una oportunidad clara de golNunca en el partido.
Si Ortíz excluyó desde el arranque a Lozano, Sordo, Aquino y Amione, cuarteto de extranjeros que debieran liderar al equipo, pues se supone que si vienen de tan lejos es porque son mejores que lo que se tiene, es que algo sucede. O no están en forma, o no son confiables, o estará alguno de ellos indispuesto. Bruno entró por el lesionado Santamaría y Lozano se hizo expulsar de forma irresponsable pues ya amonestado hizo una entrada por la espalda para ganarse la roja.
A Santos le sobran entrega y entusiasmo, pero no podrá competir si no tiene un mejor plantel, y aunque el cierre de registros sigue abierto, buscar y encontrar nuevos elementos con la campaña iniciada es difícil, porque tardan en adaptarse y todo es como ecos y sonidos en situación de espera. Ya se tiene un pasado que se resiste a ser olvidado y ante esas sombras de recuerdos grises, se aplica una ilusión que es como una barrera débil en un tiro libre de Roberto Carlos.