Josh Allen (28) pesa 108 kilos y mide 1.96 metros. Fue como un corcel de Ben Hur cuando llevó la pelota pegada al pecho dos ocasiones a las diagonales para ser como un solista virtuoso de la mejor orquesta, esa que en el Highmark Stadium con sus 71 mil espectadores, rugía vestidos de azul para completar el 10-0 en casa y doblar al inmenso Lamar Jackson y sus Cuervos 27-25, en una piscina de hielo, esa donde Mark Andrews (29) resbaló en la acción clave, cuando perdió el ovoide, la vertical y el juego. Al final Mark huyó de cámaras y micrófonos, pese a que la NFL exige disponibilidad para los medios, a los jugadores. Los Bills tuvieron una nueva vida eléctrica.
En la NFL el método a menudo desplaza a la imaginación en el tiempo de los antihéroes. Eso no parece contar en el embrujo de Patrick Mahomes (29) especialista en abrir brechas de fama. El sábado lanzó para 177 yardas y un TD. Volvió a ser arco y flecha con Travis Kelce (35) que hizo 7 recepciones para 117 yardas. Y aunque Texans puso todo, la furia roja los opacó 2314. Eso da oportunidad para que el domingo choquen con Bills en duelo de rayos, truenos y el gran show.
La memoria mejorada es atractiva para la mayoría de nosotros, pero la capacidad de no olvidar, es muy valiosa. Cuando llegan los hombres actuales, titanes de tiempo completo: Lamar Jackson, Pat Mahomes, Josh Allen, CJ Stroud, uno encuentra historias de nunca acabar, porque como cartas de poker aparecen las imágenes en la mente en un desfile de corceles de acero que hemos visto en tantos inviernos de gloria con: Joe Montana, Roger Stoubach, Manning, Johnny Unitas, Dan Marino, John Elway, Roethlisberger, Flacco, Aaron Rodgers, Favre, Steve Young, Troy Aikman, Warren Moon, Terry Bradshaw y el maravilloso Tom Brady. La NFL creó monstruos.
Los humanos somos el resultado de aquello que hemos vivido, porque todo radica y empieza en la conciencia, esa que nos lleva a creer que somos privilegiados, porque si bien la actualidad corresponde a las nuevas generaciones, la nuestra es como quien tiene los ases, pues los vio a todos y ha vivido la evolución del deporte, que se enriqueció sobremanera con la tv, que nos presentó con gladiadores de hombros anchos, como corceles a galope entre la bruma y la nieve.
¿Quiénes para el SB en Nueva Orleans?. Falta poco para saberlo y cada cuál desde su rincón, hace sus cuentas y estabiliza su propia estrategia cual socio de Vince Lombardi (1913-1970) solicitando ideas y maneras, basados los fans de cualquiera en la placa de sus frases como aquella de: “la perfección no se puede alcanzar pero si la perseguimos, podemos alcanzar la excelencia”.
¿Qué provoca nuestros sueños?, se preguntan los fans, en sus repentinos viajes a un mundo olvidado, acosado su presente por el retorno turbador de un pasado ilusorio y cancelado, donde el diablo ha jugado un papel sustancial para romper todos los esquemas. Lo provoca la ilusión que es eternizante, todo es cuestión de que los astros se coloquen con fórmulas sorprendentes. Para que los elegidos aparezcan triunfantes, cualquiera que sea, antes habrán de intuir el momento perfecto.