Saquon Rasul Quevis Barkley (27) el prodigio ofensivo de Eagles, lleva ese nombre porque su padre Alibay siempre quiso que fuese algo diferente. Primero quiso llamarle Maquiavelo pero su esposa vetó el asunto y quedó en Saquon, que en sus raíces etíopes significa “Bendecido”. El domingo fue un azote para Commanders pues corrió 118 yardas y marcó tres TD, mostrando que es la flecha del arco que es de Jalen Hurts (26) un QB moderno u visionario nacido en Houston. Entre ambos trituraron a Washington 55-23 y se citaron con Chiefs en Nueva Orleans.
Barkley es del Bronx y firmó por 3 años con Aguilas por 37 MD. Recibió 250 mil extras por completar 2000 yardas en 2024, otros 250 por 1500 en recepción y carrera, por el triunfo sobre Washington cobrará 77 mil y si ganan a Chiefs, 250 mil más. Todo un caso. Este fenómeno es el que hace pensar que Kansas City la tendrá muy difícil en SB, muy a pesar de contar con su genio Mahomes, que enfilan hacia Nueva Orleans por su tercer título de NFL de forma consecutiva.
El Apóstol Santiago, en el capítulo uno de su escrito a las tribus en dispersión, según el versículo cuatro: “tenga la paciencia su obra perfecta para que seáis perfectos y cabales, sin que les falte cosa alguna.” Esa ejemplar virtud vertida por Santiago el Mayor le quedó al QB de Chiefs, porque aguantó hasta el final y después de la patada de Harrison Butcker de 35 yardas, se mantuvo. Enfrente Josh Allen y los Bills fueron dignos y brillantes, hasta que Dalton Kincade soltó el envío que pudo darles el empate, Allen y su gente murió en la pasión por el riesgo en cuarta oportunidad.
A los fantasmas hay que doblarlos en su propio terreno y éstos ya están invitados para el 9 de febrero en Nueva Orleans y ahí pasearán, en el fabuloso escenario de los Saints, como niños descarados de caras tiernas, mojados como pollos, felices como gatos, corriendo de un lado a otro, porque tal vez el mundo espere demasiado de Pat Mahomes, de acuerdo a su jerarquía y magia, pero también estará pendiente del brazo de Hurts y el talento del “Bendecido” Barkley cabalgando como corcel en la niebla, el jinete que no teme a descender a un infierno diferente y que ese día del Super Bowl, justo es su cumpleaños.
Aguilas tiene una defensiva muy física, que traba con fiereza y aunque el rival puede lucir favorito, ellos están por tercera vez en el gran partido en los últimos ocho años. Son un equipo pasional y su coach Nick Sirianni (43), aunque no lo acepte, tiene una deuda con Andy Reid, su rival que, cuando laboró a su lado en KC como coach de receptores, lo botó. Dice no guardarle rencor.
El trajinar de los corceles dominicales en la TV, hizo que los dilemas emocionales, que parecen sin fecha de expiración y que aparecieron la noche del sábado, hizo que el dolor se mitigara. El TSM no pareció la cancha ajena del tricampeón, pues quedó inmersa en camisetas americanistas por encima de las verdiblancas y esa triste ausencia se tomó como una forma de muerte anunciada.
América sacó a relucir hasta lujos, por encima del formato local, cuya entrega y entusiasmo no se discute, pero las ocasiones que dejaron ir Lozano y el españolito fueron impropias y, aunque Santiago en su versículo tres dice: “la prueba de la fe produce paciencia”, la realidad a la ilusión de nuestra gente, fueron cuatro rejones que mostraron que la contundencia no la otorga el buen ánimo y la disposición, sino el nivel de calidad de los jugadores, por quienes pasa el futbol.
