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Leones ardiendo en la yerba

ALEJANDRO TOVAR MEDINA

El futbol, aunque muchos no lo crean, siempre será un amor a primera vista, porque es una forma bella de ver la vida y que el hombre inventó para sentirnos libres. En él han vivido cracks que revelan su carácter hasta en las cosas más simples, son artistas que pueden mirar más allá de lo que los comunes podemos ver. Fueron creados para eso. Como el relámpago precede al trueno.

Cuando se van, como recién Hugo Sotil (75) el peruano que los catalanes denominaban como un “media punta” pero que en realidad era una flecha por izquierda y que fue del Deportivo Municipal a Barcelona para juntarse con Cruyff para hacerlo campeón al mando de Rinus Michels (1928-2005) a quien llamaban inventor del “futbol total” uno siente que los ha conocido siempre. 

Los periódicos, los libros, los videos, nos dan la fórmula para tener presente el pasado y al marcharse, uno va creyendo que se va alguno y es como un viejo amigo que se retira dejando un legado de recuerdos y huellas en la imaginación y en el pensamiento. Ese Barcelona de 1973 era un avión, habían pagado al Ajax 60 millones de pesetas por Johann y él había escogido ir a España. La viuda, Danny Custer dijo que su marido solo dijo un día; “nos vamos a vivir en Barcelona”.

Con Cruyff a la cabeza, venían Asensi, Clarés, Cos, Barrios, Carreño, Costas, De la Cruz, Gallego, Juan Carlos, Laredo, Marcial, Martí Filosia, Migueli, Mora, Pujol, Rexach, Sadurní, Torres, Zabalza, el capitán Rifé y claro, el Cholo Sotil. Marcial, que venía del Espanyol marcó 17 goles por 16 de Cruyff y 14 del peruano. El hoy presidente del Barsa, Joan Laporta, que solo tenía entonces nueva años, comenta que el holandés cuando fichó por su equipo lo hizo “el niño más feliz del mundo”.

Johan Cruyff (1947-2016) era definido por los escritores catalanes como un hombre delgaducho, rubio, liviano, pálido y casi transparente pero su futbol y carisma, le devolvieron la alegría a la fanaticada después de años en las tinieblas, porque no era un hombre de área, sino un creador de juego. Era la finura, la habilidad y el descaro en un solo movimiento, establecía una distancia entre las palabras y las cosas. Mostró que del otro lado del futbol, está la vida.

Los perfumes del ayer, siempre viven. Después de triunfar ampliamente como jugador único, fue el guía del “Dream Team” como técnico. Fue el Barcelona campeón de la Champions en 1992 con el golazo de Koeman a la Fiorentina. Ganó cuatro ligas el hilo de 1991-1994 y estaban Zubizarreta, Ferrer, Nando Muñoz, Juan Carlos, Pep Guardiola, Bakero, Laudrup, Alexanko, Stoichkov, Julio Salinas, Beguiristáin, Nadal y Amor.

De acuerdo, la muerte de Sotil fue base para recordar a tantas figuras, como antes vivimos del legado de Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón, los favoritos de Serrat que los inmortalizó con su canto en “Temps era Temps” porque las historias de futbol son un objeto privilegiado, todas ellas, si son escritas con el corazón y con pasión del juego, son palabras poderosas que le dicen a sus lectores lo que deben mirar y hacer para revivir a los leones que hicieron arder la yerba.

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Escrito en: Al Larguero columnas Deportes Alejandro Tovar Medina

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