Alquimia, química y cocina: el curioso origen del baño María

En su libro, Químicos y química, el divulgador mexicano José Luis de los Ríos marca los hitos de la disciplina a lo largo de la historia, por lo que de manera obligada pasa al antecedente directo de la química: la alquimia.

La alquimia es una antigua práctica que combinaba principios químicos (algunos con mayor éxito que otros) con disciplinas como la filosofía y pseudociencias como la astrología. Entre sus iniciadores se cuentan personajes cuya existencia zozobra entre el mito y la realidad. Es el caso de Hermes Trismegisto, un sabio griego al que se le atribuían conocimientos y una profundidad reflexiva fuera de lo común, tanto de saberes prácticos como espirituales.

Sin embargo, es otro personaje el que nos ocupa. Se trata de una mujer llamada María, o Miriam, quien por su origen era a veces conocida como la judía, la hebrea o la profetisa. Su aportación, primero a la alquimia, es tal, que se le ha llegado a considerar la iniciadora de esta práctica, además de una persona que hizo grandes aportaciones a la ciencia práctica.

Más allá de su vida, de su obra escrita, que debió ser numerosa, no queda vestigio alguno. Sobreviven, sin embargo, escritos posteriores que aluden a ella, autoría de discípulos o de otros practicantes de la alquimia perpetuaron los descubrimientos de María, quien elaboró diversos instrumentos para realizar sus experimentos, a la vez que varias técnicas que se han perpetuado en el tiempo y en espacios diversos, como la cocina.

Es aquí que José Luis de los Ríos destaca el descubrimiento del baño María, que toma el nombre de la alquimista a quien se le atribuye haber divulgado esta práctica. Es bastante sencillo de hacer, pues se trata de poner un recipiente dentro de otro más grande, que tenga agua en ebullición, a fin de que el contenido del recipiente más pequeño se caliente de manera indirecta y uniforme.

Los usos del baño María exceden el espacio del laboratorio. Se puede usar para destilar sustancias aromáticas, en distintos procesos industriales y de manera cotidiana, en la cocina. Y es que el baño María es una técnica habitual para fundir chocolate o darle forma a varios postres, como el flan o cremas de diferentes sabores.