">

EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial Kemchs Enríquez

Columnas

Armas e internet

SERGIO AGUAYO

Ante los cambios en la relación con Estados Unidos es imperativo pasar a la ofensiva, ¿con qué armas cuentan gobierno y sociedad mexicanos?

El día en que Donald Trump inclinaba el pulgar arancelario, su Suprema Corte realizaba la primera audiencia pública sobre la demanda interpuesta por el gobierno mexicano en Boston contra ocho fabricantes de armas (otra, en Arizona, va contra cinco puntos de venta). A causa de la mayoría conservadora en la Suprema Corte (6 a 3) se pronostica que terminarán dándole la razón a quienes fabrican las pistolas y rifles de asalto que luego meten de contrabando en México.

Para pasar a la ofensiva, retomo el encuentro organizado hace una semana por la División de Estudios Internacionales del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC) y el Instituto Asser de La Haya. El tema, obviamente, era el tráfico de armas en la región.

En ese evento el consultor jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Pablo Arrocha Olabuenaga, aseguró que la estrategia oficial no se queda en la Suprema Corte o en Arizona, sino que es un "esfuerzo mucho más amplio" y duradero. Para demostrarlo recordó que en "noviembre de 2022 México presentó una solicitud a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para una opinión consultiva". ¿Servirá de algo ante una administración que desprecia a esas instituciones?

Arrocha también habló de la necesidad de cambiar la narrativa para explicar en México y Estados Unidos el daño que nos causa la negligencia de los fabricantes y del gobierno ante la llegada de 200 mil armas cada año de Estados Unidos. Para darle consistencia al relato mexicano se requiere coherencia tras la política oficial.

Relaciones Exteriores interpuso la primera demanda en 2021. En el interior de la 4T se le vio con frialdad y escepticismo; la consideraban una maniobra electorera del entonces canciller y durante algunos años cabalgó solitaria por las áridas praderas de la grilla mexicana y las leyes estadounidenses. Las demandas prosperaron y se han ido metiendo como tema en el debate público binacional. Está bien que la presidenta las presuma; falta que las incorpore a una política de Estado. Las inconsistencias son absurdas.

Mientras la SRE México demandaba en Boston a los fabricantes, diversas corporaciones policiacas mexicanas seguían comprando armas a cinco de las presuntas responsables; 28 mil, según el especialista John Lindsay-Poland. El Ejército hizo lo mismo: en 2022 y 2023 compró a las empresas Colt y Glock 12,354 armas de fuego. ¿Y la congruencia?

El cambio de narrativa y la agresividad estadounidense exige más activismo de las sociedades de los dos países. Es cierto que organizaciones y ciudadanos se unieron para presentar nueve amicus curiae ("Amigos de la Corte") a la Suprema Corte de Estados Unidos. Falta, urge, tener una ofensiva conjunta centrada en las redes sociales: ahí se construye el futuro.

Por lucro, las tecnológicas estadounidenses permiten la proliferación de mensajes de odio e invitaciones explícitas a la violencia criminal. A medida que me adentro en los laberintos y las entrañas de ese mundo me sorprende la fortaleza de un sistema de valores profundamente antidemocrático que da cancha libre a las organizaciones criminales.

En TikTok circulan anuncios de cárteles reclutando abiertamente a nuestros jóvenes; lo que tal vez explica la epidemia de desapariciones observable a partir de 2022 en la CdMx, el Estado de México, Puebla y Querétaro. En Facebook, WhatsApp, Telegram, X y TikTok también circulan anuncios promoviendo la compra ilegal de armas.

Estoy totalmente a favor de las demandas presentadas por el gobierno mexicano contra los fabricantes y comerciantes de armas en Estados Unidos. Por congruencia debe frenarse el reclutamiento que hacen los criminales, así como la difamación y el odio que circulan libremente en las redes sociales. También faltan mensajes más enérgicos y convincentes sobre el enorme daño causado por la negligencia de las empresas y del gobierno estadounidense con la producción y contrabando de armas.

No basta con tener la razón, hay que defenderla con energía y razones en México y Estados Unidos. Hay que tomarse en serio la guerra cultural que se libra en internet.

@sergioaguayo

Colaboró Dulce Torres

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Columnas Editorial

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2367271

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx