Al menos tres cuartas partes de los habitantes del planeta festejan el nacimiento de Jesús de Nazaret; la mayoría mexicana reconocemos que es Dios hecho hombre y, como cristianos, lo recordamos venerándolo; otros no creen en él, pero sí se suman al asueto -obligados o conveniencia- y aprovechan el tiempo para descansar y divertirse sin considerar la importancia de la conmemoración; diferentes grupos de humanos, tienen distintas creencias, religiones y/o pertenecen a agrupaciones de estudio sobre el origen de la vida y la existencia -o no- de un creador. La masonería tiene especial dedicación al estudio del tema.
También hay quienes son reticentes a aceptar el hecho y pueden posicionarse desde el extremo del ateísmo, hasta la resistencia con violencia contra los creyentes y sus posturas. Sin embargo, la mayoría de los habitantes del planeta seguimos creyendo en el Jesús, que vivió como hombre, hace cosa de dos milenios, murió crucificado y resucitó como Dios.
Quienes niegan su existencia en la historia del mundo, por conveniencia, renuncian al análisis riguroso de los hechos, a pesar de evidencias y testimonios que exigen el análisis ecuánime para aceptar o rechazar su existencia.
Las explicaciones de tales actitudes pueden ir desde la desinformación, pasando por la obstinación hasta el temor, porque… si es verdad y no mito, entonces: "he estado equivocado toda mi vida y temo a las consecuencias y hasta el castigo".
Son muchos los testimonios que confirman su existencia; leamos algunos:
El historiador Flavio Josefo -37-100-d.C.-, en sus informes que periódicamente enviaba a las autoridades romanas, escribió: "reunió al Sanedrín -Ananías el joven- trajo ante ellos a Santiago, hermano de Jesús -la relación de parentesco es otra historia- llamado el Cristo y a algunos otros y cuando los hubo acusado de trasgredir la ley, los entregó para que fueran lapidados".
historiador y biógrafo romano: "a los judíos instigados por Chrestus, él -refiriéndose a Claudio- los expulsó de Roma por sus constantes revueltas".
ambién historiador romano, les llamaba cristianos a los creyentes, "nombre que toman de un tal Cristo, que en la época de Tiberio fue ajusticiado por Poncio Pilatos".
iendo gobernador de Bitinia, informa a Trajano sobre el trato que dio a los cristianos: "a quienes decían que no eran ni habían sido cristianos, decidí que fueran puestos en libertad, después de que hubieran invocado a los dioses y hubiesen hecho sacrificios con vino e incienso a una imagen tuya y que, además, hubieran blasfemado contra Cristo".
En la ciudad de Herculano, sepultada por la erupción del Vesubio, en el 79 d.C., quedaron evidencias de la vida cotidiana y en 1938, durante excavaciones arqueológicas, se descubrió, en lo que se identificó como una habitación, -probablemente de un esclavo- una cruz con una inscripción en referencia al cristianismo.
Existen otros muchos testimonios de historiadores y autoridades que dan fe de la existencia de Jesús, sin citar los libros editados por las iglesias cristianas. La Biblia, libro de los cristianos, el texto más reproducido y leído por la humanidad, cuenta con traducciones completas en al menos 450 lenguas y escritos parciales en más de 2000, asientan su existencia.
Desde luego que es discutible la veracidad y exactitud de las narraciones, particularmente del llamado Antiguo Testamento -otro tema interesante-, pero, para los fines del presente "Diálogo", son textos útiles para fundamentar la posterior existencia de Jesús.
Para algunos, no fue más que un simple revolucionario y guerrillero, a pesar de no haber evidencia firme de violencia en su actuar, salvo cuando expulsó a los mercaderes del tempo. Por cierto, quien verdaderamente provocó el encuentro físico y al parecer hasta alguna muerte fue Barrabas, un Zelote rebelde, que buscaba la liberación de Israel, a través de la lucha armada.
Otros, lo consideran un profeta completamente humano, predicador del amor y el bien común entre los pobres, reconfortando a los sometidos por fariseos, saduceos y mercaderes ricos -a ellos se refieren varias parábolas- que además padecían las imposiciones de los romanos.
También hay quienes le reconocen como un líder social que utilizó el mensaje religioso para alcanzar sus objetivos. Era imposible fuera visto con buenos ojos por los controladores del poder.
Con lo anterior, es inaceptable negar su existencia, quedando la discusión entre los que la reconocen; ahora le preguntó: ¿era realmente revolucionario?, ¿rebelde? u ¿Hombre Dios?
Lo cierto es que logró lo que nunca nadie que en toda la historia haya alcanzado: empezando por la persistencia de su prédica y enseñanzas de convivencia por más de 2000 años; mantener creyentes que suman alrededor de 2,630 millones; la edición y reedición de la Biblia -texto más publicado-: y sus innumerables grupos y subgrupos de estudiosos/investigadores.
Sus llamados milagros son otro gran tema, pero… ¿Usted qué cree?