No es retorica, no es de esa forma como se deben comunicar las cosas, la percepción que tiene la gente del equipo es en base a sus actuaciones y es cuando el gran público se da cuenta de la triste realidad: Fernando Ortiz ‘agachado’ en la conferencia de prensa declarando que se necesitan refuerzos en “pequeños” puestos del equipo, espérame, ¿cómo qué “pequeños puestos”? Esperemos que ‘El Tano’ nos explique ¿cuál de los once puestos es pequeño?
Veamos, el equipo jugó bien, de hecho se ha visto parejo en sus tres partidos, en los dos primeros perdiendo por la mínima, jugando al tú por tú; uno de ellos, el segundo, con diez hombres; y el tercero contra América, primero de local, peleando de al parejo ante el flamante tricampeón.
Nos tocó la mala suerte de empezar el torneo con dos juegos de visitante presupuestados como perdidos y el primero como local ante el tricampeón, también con el mismo margen de falla, así que ya pasamos lo peor del torneo en cuanto a resultados adversos, ahora viene lo bueno: mantener la credibilidad ante la afición, con este cuerpo técnico estoico ante la situación y, sobretodo, mantener la confianza para seguir por este camino de jugársela con jóvenes que en otra situación pintarían para excelentes prospectos, pero que con las prisas se están ‘quemando’.
Los tres juegos de Santos se han jugado al tú por tú ante equipos muy bien armados y en canchas difíciles, aquí es donde resuena aquella frase que dice: “la suerte siempre está de parte de los buenos”, porque vaya que se ha perdido por suerte.
Esto nos da pie a otra reflexión: en este futbol tan parejo, donde todos corren sin cesar, se dan algunas ventajas con esto de la inexperiencia: según la teoría de probabilidades en un duelo, por más reñido que pueda estar en la cancha, hay un alto nivel de que lo pierda el equipo que tiene menor calidad o experiencia en sus elementos pero, ¿por qué?, pues esto se debe a que en los noventa minutos la probabilidad de falla o error es mayor en un joven sin experiencia que en un jugador experimentado , aunque en la cancha puedan ser muy parejos.
Es por esto que algunos juegos se ven tan equilibrados, pero se decantan siempre por el más experimentado o el más calificado y es aquí donde las matemáticas “no fallan”, mientras que un futbolista novato tiene una probabilidad de cometer un error cada 50 minutos de juego, el experimentado tiene uno cada dos horas de juego, aunque los partidos sean parejos, por lo que la teoría de las probabilidades siempre se cumple y al final de la temporada se hace el balance, no tiene falla.
A esta teoría, hay que sumar la calidad, que también es factor para determinar cada cuando un jugador cometerá una falla, si esto lo multiplicas por once es cuestión de matemáticas y probabilidades elementales para determinar que un equipo con poca experiencia o calidad, aunque la mayoría del tiempo de juego se vea equilibrado, va a terminar sucumbiendo ante un rival de mayor jerarquía.
Es por esto que cuerpo técnico y jugadores del Santos no tienen la culpa de la actual situación, misma que recae totalmente en la directiva, de la cual queremos escuchar un mensaje realista, sin falsas expectativas, para situarnos como afición.
Los altos mandos laguneros debe dar un comunicado para su gente, diciéndole como es la situación actual y si esto es algo temporal o será definitiva, si se está acabando una etapa y viene otra, pero no estar jugando con los las ilusiones y el sentimiento guerrero de una afición tan noble como la lagunera.