Debieron pasar miles de años para que los mundanos encontraran uniformidad en la valoración moral de lo bueno y malo; conmocionados, luego de la desastrosa II Guerra Mundial, los representantes de buena parte de países firmaron "La Declaración Universal de los Derechos Humanos", durante la Asamblea General de la ONU, el 10 de diciembre de 1948.
México estuvo presente, comprometiéndose a cumplir con su responsabilidad y satisfacer el compromiso con sus habitantes. Desde luego que solo fue otro acto politiquero y, para comprobarlo, basta mencionar solo algunos de los más importantes, no tomados en cuenta: derecho a la vida, no ser esclavizado o torturado, libertad de expresión y opinión, al trabajo justo y equitativo y educación. Le pido hagamos una pausa para reflexionar sobre nuestra triste realidad.
El derecho a la vida es el primero de los fundamentales y hoy día, en nuestro país, no tenemos la garantía de transitar libremente sin ser agredidos y/o asesinados; aún más, tampoco estamos seguros de que no se allanen nuestras viviendas, sea por malvivientes o pseudo representantes de la ley.
Aún vivimos algo peor a la posibilidad de morir sin justicia: ser desaparecido por maleantes y sin respuesta efectiva de nuestros desleales empleados para darnos seguridad. La desvergonzada excusa de "solo se matan entre ellos" está resonando en todos los rincones del mundo, como una denuncia planetaria de nuestra esclavitud en manos de narcopolíticos blindados…. ¿creé que exagero?
En 2011, ante la ya sufrida inseguridad y durante la gestión del presidente Calderón, civiles crearon el "Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad" y recorrieron el país buscando aglutinar a los ciudadanos para defenderse ante la falta de garantías de las autoridades. Entonces, se puso de moda un procedimiento declarativo: "actuaremos hasta las últimas consecuencias" y/o "hemos abierto un expediente", luego dejar operar al olvido.
Hoy día, los intentos de justificar la ineficiencia y/o corrupción, ha llevado al horror y la preocupación a todos los habitantes del territorio nacional.
Siguen haciendo promesas de atender al grave problema ante el clamor popular insatisfecho, que resalta la inmoralidad de un grupo pequeño, en comparación a los millones de mexicanos. Todos padecemos aquello de "El hombre es un lobo para el hombre", atribuida al filósofo inglés Thomas Hobbes.
Pocos meses después de iniciada la gestión del nuevo gobierno, aunque del mismo grupo político, la repulsa de los jaliscienses ha provocado que reaparezcan los ciudadanos organizados como "Guerreros Buscadores de Jalisco", quienes han puesto al descubierto la barbarie que nos acosa; ante la inacción del gobierno del estado y del país, hicieron el macabro hallazgo en una bodega, en Teuchitlán, Jalisco, a menos de 60 kilómetros de la capital, con restos óseos y diferentes prendas de vestir, mal apiladas en un rincón. Sorpréndase: su existencia es conocida desde al menos 12 años antes, pero las autoridades "no se habían percatado de ella".
México tiene más muertes por criminales organizados en carteles, que los países que actualmente se encuentran en guerra: 45,000 en Gaza -la mayor parte de niños, mujeres y ancianos-; 280,000, entre ucranianos y rusos, contra 100,000 mexicanos anualmente, por causa del narcotráfico.
Durante el gobierno de AMLO, se encontraron 2,863 fosas clandestinas y la mayor parte con el auxilio de ciudadanos que organizados buscan a sus familiares desaparecidos, pero… ¡déjenlo en paz".
El CEM acusa: es "una de las expresiones más crueles de maldad y miseria humana que hemos presenciado en nuestro país".
López Dóriga denuncia: "De los 101 mil 249 desaparecidos en México, de 1988 a noviembre de 2023 -48 por ciento-, 48 mil 579, fueron en el régimen de López Obrador. Su peor año fue ese 2023, con 12 mil 46. Terminaría con 52 mil 500 en septiembre de 2024". Es muestra de la denuncia periodística de lo sufrido por todos.
Además, el estado de indefensión es denunciado en todos los periódicos del mundo y la respuesta de las autoridades: siempre evasiva.
La actual presidente hace esfuerzos en medio de presiones de bárbaros, -al interior y exterior del país-; sin embargo, deberá buscar como romper las cadenas de corrupción/narcotráfico, iniciadas hace más de 30 años y fortalecidas en el sexenio pasado.
Y nosotros, romper el desenfado del confort y decidirnos a dejar nuestra comodidad con aquello de "dejar de ver… dejar pasar"; o… ¿esperaremos a que nos toque contribuir con algún miembro de nuestra familia?
Se que no es fácil desatar los nudos establecidos por el mal gobierno y los insaciables parásitos corruptos, pero alguien debe empezar a romper esas ataduras y nosotros apoyarlo con valentía y en legalidad.
Estamos esperando un líder honesto que tome las riendas del cambio, sin involucrarnos en la solución del problema y…. ¿ahí seguiremos? o exigimos a los politiqueros que, como dijo Martí a Calderón: "si no pueden, renuncien".
