
Campanas por el Papa Francisco: Torreón se unió a luto universal
En punto de la una de la tarde las campanas de la Catedral del Carmen comenzaron a resonar con fuerza. Por quince minutos, su tañido se elevó bajo un cielo parcialmente nublado, rompiendo la rutina del centro de Torreón.
El repique no fue exclusivo de esta ciudad: formó parte de una acción nacional convocada por la Conferencia del Episcopado Mexicano, en comunión con toda la Iglesia, para rendir homenaje al recién fallecido Papa Francisco.
Afuera del templo, algunos medios de comunicación locales capturaron el momento. Pocos ciudadanos acudieron, pero los que lo hicieron lo vivieron con solemnidad. Entre ellos se encontraba María de Jesús de León, catedrática y devota, quien llegó acompañada de su hermana y sobrinos.
“Venimos a hacerle un homenaje a nuestro máximo jerarca”, compartió.
El sonido, intuyo, resonó fuerte en el interior de María de Jesús, quien visiblemente conmovida expresó: “Fue un hombre sencillo, de los migrantes, de la paz. Como sociedad debemos ser más sensibles. La cultura también se construye educando en la paz y en el ejemplo. Y si no les idealizamos personajes como nuestro Santísimo Padre, difícilmente vamos a tener niños educados también”.
El acto de las campanas fue sencillo, así como María describió al Papa Francisco, sin embargo estuvo cargado de simbolismo.
En ese sentido, una figura que llamó la atención fue la de un hombre sentado en las escalinatas de la iglesia que pedía limosna. Su presencia recordó, inevitablemente, una de las constantes banderas del pontificado de Jorge Mario Bergoglio: la opción preferencial por los pobres. Durante su papado, Francisco fue insistente en que la Iglesia no debía vivir de espaldas a las periferias, sino con los pies en el barro y el corazón junto a los más necesitados.
Por otro lado, adentro del templo, el padre Víctor Manuel Gómez, párroco de la Catedral, explicó el sentido del gesto.
“Se nos manda como protocolo y como signo de solidaridad por la muerte de Su Santidad el Papa Francisco. Es un símbolo de que alguien ha llegado a la Casa del Padre”, explicó.
Agregó que el llamado a hacer sonar las campanas a nivel nacional fue una petición de la Conferencia Episcopal Mexicana, en sintonía con el Vaticano.
El padre Gómez subrayó que, aunque humanamente la noticia entristece, para la comunidad católica la muerte es vista como un tránsito hacia el encuentro con Dios.
“Para nosotros, los cristianos, llegar a la Casa del Padre es el premio mayor. Y qué significativo que haya partido en el marco de la resurrección, durante la cincuentena pascual. El Papa deseaba profundamente celebrar la Semana Santa y lo logró hasta el Domingo de Resurrección”, reflexionó.
El sacerdote también hizo un llamado a la comunidad a no olvidar el legado de Francisco, especialmente en su exhortación constante a la esperanza. “El Papa siempre nos pidió unidad, nos pidió tener una actitud esperanzadora y nos recordó que aunque solo tengamos el uno por ciento de energía, hay que levantarse y seguir. Nos invitó a ser peregrinos de la esperanza y una iglesia a ejemplo de Jesús misericordioso”.
En el corazón del centro de Torreón, el repique de las campanas dejó más que ruido: dejó memoria. Un acto sobrio, pero profundo, como lo fue, cabe mencionar, el estilo del primer Papa latinoamericano.