El emblemático Centro Histórico de Torreón, se encuentra envuelto en un evidente estado de descuido que contrasta con su importancia cultural.
Lo que alguna vez fue un punto de encuentro vibrante para locales y visitantes, ahora presenta un panorama marcado por problemas que afectan su estética.
Uno de los problemas son las luminarias abiertas y en mal estado.
A esto se suma la presencia de fugas de aguas negras que emanan olores desagradables y representan un riesgo para la salud pública.
En muchas calles, el pavimento muestra signos de abandono, con baches y deterioro que dificultan la movilidad peatonal y vehicular.
Los llamados ciudadanos para rescatar esta área han sido constantes, pero la respuesta por parte de las autoridades es insuficiente.
En pésimo estado. Muchas luminarias se encuentran en pésimo estado, algunas funcionan, otras se encuentran abiertas y con varios desperfectos. Algunas presentan cables expuestos que representan un riesgo para la ciudadanía. (EL SIGLO DE TORREÓN)