
Cuando la 'huelga' de policías en Nueva York redujo los crímenes
Desde el lunes por la mañana hasta la tarde de ese día, agentes de la Policía Municipal de Torreón se manifestaron contra sus mandos. El conflicto frenó la vigilancia preventiva, a lo que sus tareas fueron cubiertas por fuerzas de seguridad de otros niveles.
En redes sociales, los comentarios en reacción fueron en el sentido de sentirse “más seguros” con los policías municipales protestando que cuando volvieron a sus labores tras lograrse acuerdos con intervención del gobierno de Coahuila, Fuerzas Armadas y la Federación.
“Las trece horas más seguras que ha tenido Torreón”, “Ahora vuelvo a tener miedo de salir y toparme una patrulla de municipales” y “Ayer casualmente la estadística de robo estuvo y violencia en 0 se respiró tranquilidad y paz”, fueron algunos de los mensajes expresados tras la huelga.
Desde hace años, a nivel nacional la Policía Municipal resulta siempre en la peor calificada por la población mayor de edad por su desempeño, contrastando con la Marina o el Ejército que tienen casi el doble de valoración.
Si bien los comentarios fueron hechos en broma, entre finales de 2014 y principios de 2015 en la ciudad de Nueva York se vivió un ejercicio similar, cuando por tensiones la Policía limitó sus acciones a las tareas más esenciales.
Si bien la expectativa fue que hubiera un incremento en los delitos, un análisis de estadísticas oficiales determinó que fue lo contrario “una caída significativa en los delitos durante el período”.
La Policía de Nueva York limitó sus acciones en respuesta a una secuencia de eventos que siguieron a la muerte de Eric Garner, un joven afroamericano asesinado en julio de 2014 por agentes quienes lo ahorcaron mientras lo detenían.
Según el portal Ars Technica, el asesinato de Garner llevó a extensas protestas, las cuales siguieron cuando un gran jurado decidió no acusar a los oficiales implicados. Dos semanas después dos policías de Nueva York fueron asesinados por un extremista “anti-policía”, de forma que la Policía respondió reduciendo sus actividades.
Si bien respondían a las llamadas de reporte y la cifra de arrestos para delitos mayores como homicidio, asalto y violación siguieron constante, en el caso de capturas por delitos menores estos se redujeron.
Un análisis a más profundidad resultó incluso en que los delitos mayores cayeron, una de las propuestas fue que las personas hicieron menos reportes, a lo que académicos concluyeron que la ausencia de actividad policial lleva también a una caída en el crimen.
En el tiempo estudiado los delitos se redujeron entre 3 y 6 por ciento, continuando la cifras de menos crímenes por siete a 14 semanas. Los académicos apuntaron que esto se debió a un freno a la “vigilancia proactiva” que parte de la teoría de “ventanas rotas” según la que al combatir delitos menores previene mayores.
Los autores del estudio argumentaron que los resultados implicaban que una “vigilancia policial más agresiva incita actos más severos de delincuencia, en lugar de disuadir, estas políticas tienden a disrumpir la vida comunal.