
Donald Trump niega exención arancelaria a electrónicos, ¿Qué dijo ahora?
Primero se reportó que Donald Trump eximió a ciertos productos electrónicos el pasado viernes, luego el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, manifestó que serían “temporales” y ahora Trump ha vuelto a cambiar su mensaje.
Donald Trump manifestó que “nadie” se librará de los aranceles por el “injusto” balance comercial o las berreras comerciales que otros países han usado contra Estados Unidos, especialmente China, que ha sido el país que los “ha tratado peor de todos”.
Desmintió que hubiera una exención y aseguró que estos productos están sujeto a los aranceles existentes del 20 % como sanción por su política de combate al fentanilo y en su lugar señaló que estarán en 'otra categoría'.
Trump declaró que revisan la cadena de suministro de electrónicos y de semiconductores en la siguiente investigación arancelaria de Seguridad Nacional.
Reiteró que la producción de productos debe hacerse en Estados Unidos y que el país no será “rehén” por otros países “especialmente de naciones comerciales hostiles como China”.
Destacó una reforma que recorta los impuestos en Estados Unidos y planteó que significará “más y mejores trabajos; hacer productos en el país y tratar a otros países, en particular China, la misma forma en que han sido tratados”.
Un mundo "multi-polar"
El economista Oren Cass escribió en una columna para el diario The Financial Times que la ideología de la “Nueva Derecha” de Trump y su gabinete es que el mundo se ha dividido en múltiples polos, un es el de Estados Unidos y otro es el de China, por lo que ahora para pertenecer al bloque estadounidense los países deberán cumplir con ciertas demandas, la primera de ella es un balance comercial, con ningún país teniendo un déficit o un superávit a expensas de otros; que cada miembro provea por su seguridad; y un compromiso conjunto de excluir a China de sus mercados.
Si bien para Cass le resulta “un trato justo y uno que toda democracia de mercado debería preferir para evitar caer en la orbita de China”, en el caso de ciertos países como Alemania significaría abandonar su modelo económico de exportaciones, aceptar que se debe impulsar el consumo doméstico, comprar más a Estados Unidos y enviar más de sus productores a establecerse ahí.