El calvario de cientos de mineros tras semanas atrapados bajo tierra en Sudáfrica
Un total de 118 mineros irregulares, incluyendo 36 fallecidos, han sido rescatados hasta el momento de una mina de oro en el noreste de Sudáfrica, en la localidad de Stilfontein, tras semanas atrapados bajo tierra, en los que la escasez de comida y agua han causado un escenario de horror que ha conmocionado a todo el país.
Desde este lunes, una grúa ha hecho descender una vez cada hora durante todo el día la jaula utilizada por una empresa especializada en rescates mineros para la operación puesta en marcha en la Mina de Oro de Buffelsfontein (BGM, por sus siglas en inglés), a unos 160 kilómetros de Johannesburgo. El coste del dispositivo se estima en alrededor de 12 millones de rands sudafricanos (algo más de 610.000 euros).
"A las 16.00 horas de la tarde del martes (14.00 GMT), un total de 118 mineros ilegales habían sido extraídos", incluyendo 35 el lunes y 83 el martes, informó en un comunicado la portavoz policial brigadier Athlenda Mathe.
Esas cifras incluyen 9 y 27 muertos, respectivamente, según un recuento que podría crecer en los próximos días, de acuerdo a las advertencias de los mineros rescatados y las imágenes obtenidas de la situación bajo tierra.
Así, en dos vídeos difundidos este lunes por un grupo de apoyo a los mineros y que EFE no pudo verificar, se podía ver a decenas de personas en muy mala condición física y extremadamente delgadas, además de un número indeterminado de bolsas que contienen presuntamente cadáveres de mineros muertos.
Cientos atrapados
Se cree que son cientos los mineros ilegales, conocidos localmente como 'zama-zamas' (expresión coloquial en zulú que significa 'arriesgarse' o 'intentarlo de nuevo'), que están atrapados bajo tierra en diferentes pozos de Stilfontein desde hace más de dos meses.
A mediados del pasado octubre, la Policía bloqueó el suministro de agua y comida para forzar su salida, pero los envíos se reanudaron en diciembre como resultado de una orden judicial y después de la fuerte presión de activistas por los derechos humanos y de miembros de la comunidad local, que también acusaron a la Policía de haber retirado las cuerdas que los mineros usaban para salir.
Aunque las autoridades han bloqueado a la prensa el acceso al lugar del rescate, donde acudieron trabajadores médicos, policías y patólogos, decenas de familias se congregaron este martes cerca de la mina con la esperanza de encontrar con vida a sus seres queridos.
Algunos de ellas sostenían pancartas con mensajes como "Somos los que dijimos que nuestra gente estaba muriendo" o "Liberad a nuestra gente".
Sin embargo, al visitar este martes la zona, el ministro de Recursos Minerales y Petróleo, Gwede Mantashe, se mostró contundente al afirmar que el Gobierno sudafricano no negociaría con aquellos que ejercen la minería ilegal en el país.
"El aspecto criminal de la minería ilegal es responsabilidad de la Policía", afirmó Mantashe. En efecto, nada más emerger a la superficie, los 82 mineros rescatados vivos hasta ahora han sido detenidos, si bien los que requerían atención médica han sido trasladados al hospital.
Los arrestados se enfrentan a cargos de minería ilegal y violación de la ley migratoria sudafricana y dos de ellos también a cargos de posesión ilegal de oro.
Una orden judicial
Después de meses de controversia, el rescate se puso en marcha este lunes en respuesta a un orden emitida el pasado día 10 por el Tribunal Superior de Pretoria tras una petición urgente presentada por un hombre cuyo hermano se encontraba entre los cientos de mineros atrapados.
En su veredicto, la jueza Ronel Tolmay afirmó: "No queremos una situación en la que esto quede marcado como el punto más oscuro de nuestro historia".
"Bajo mi supervisión, nadie se quedará sin comer. Desde un punto de vista constitucional, es inmoral que no haya agua y comida (...) No puede ser que muera más gente", añadió.
Según datos de la Policía divulgados en diciembre, han subido a la superficie en la zona de Stilfontein desde agosto de 2024 más de 1.300 mineros irregulares (incluidos 14 niños), entre ellos 919 mozambiqueños, 382 zimbabuenses, 65 lesotenses y 13 sudafricanos.
Los que salieron a la superficie revelaron que hombres armados los estaban reteniendo bajo tierra y se quedaban con la comida enviada.
Esta crisis se enmarca en la operación policial "Vala Umgodi" ('Cerrar la mina', en zulú), puesta en marcha en diciembre de 2023 para atajar la minería ilegal en el país y que ha propiciado la detención de más de 13.690 sospechosos en siete provincias.
Esta práctica abunda en Sudáfrica con mineros que trabajan en numerosas explotaciones en desuso y abandonadas, sobre todo en la zona de Johannesburgo y alrededores, a las que descienden a menudo con suficientes suministros para permanecer bajo tierra durante meses y así aumentar los beneficios de sus actividades.
Además de los riesgos que conlleva, la minería ilegal hace mella en la economía sudafricana y supone enormes pérdidas de ingresos tanto para el Gobierno como para la industria minera del país.