Lo que se necesita hoy en día es claridad y una intención que todos entendamos. Lo que está sucediendo en materia internacional espanta el límite de todo lo entendible. Las contradicciones más severas se presentan. Especialmente en los momentos en que lo que más se requiere es el aprovechamiento completo de la mano de obra disponible para combatir la inflación y que la producción de bienes y servicios alcance las necesidades crecientes de todas las sociedades del mundo.
Al futuro presidente Trump no se le ocurre otra cosa más que expulsar a los indocumentados y así cercenar la capacidad productiva de millones de individuos que quedarán impedidos a incorporarse a las cadenas de producción sin poder satisfacer las necesidades urgentes de un mundo de demografía creciente e incontenible y todo esto, por caprichosas razones migratorias que van en completa contradicción a la necesidad de producir bienes y servicios.
La situación internacional se agrava aún más con el empeño que tiene el presidente electo de deshacer las estructuras productivas internacionales que más éxito han tenido como por ejemplo las partes participantes del T-MEC.
A la luz de miles de millones de manos de obra disponibles pero inutilizadas, algunos dispersos en los medianos y pequeños talleres, desafortunadamente continuará el problema básico actual. La siguiente consecuencia será una tensión social generalizada que esta situación originará y que día a día se convertirá en violencia y muertes en prácticamente todo el mundo.
Es una increíble ironía que se interrumpa la inercia del inmenso engranaje que existe en el potencial productor que se expresa en los crecientes volúmenes de comercio internacional y del cual México es un eje indispensable por ser parte vital de producción de comestibles, de artículos de consumo, servicios y de comunicación, indispensables para solucionar los problemas que se presentan.
La única decisión que hace posible que el progreso humano sea interrumpido en este año, se debe a las caprichosas posiciones de un autócrata.
Es evidente la importancia de México como la décimo cuarta economía del mundo, y no debe ser eliminada de la estructura del mercado común norteamericano.
Hay varios países como Chile, Perú, Brasil y Costa Rica que han firmado acuerdos comerciales con China. Igualmente el gobierno de México, pese a la restricción que para ello existe dentro del T-MEC, está en su derecho a dar el mismo paso ya que la competencia con aquel país asiático está en pleno crecimiento.
Éstas y otras razones hacen que el anuncio que ha hecho el próximo presidente Trump de fijar un arancel adicional del 25% a las operaciones de comercio, así como la anexión de Panamá y Groenlandia sean medidas a todas luces totalmente inaceptables.
Si la administración de Trump tiene la intención de contribuir a la armonía y a la prosperidad mundial, tiene que aceptar que las reglas del juego son consensadas en forma multilateral y no amenazar con imponer las suyas propias. México merece vivir como comunidad respetada y no sujeta a los caprichos erráticos de un autócrata.
