En partido celebrado en el estadio Corona, Santos enfrentó en su último juego de pretemporada de cara al Clausura 2025 de la Liga MX a los Mineros de Zacatecas, un cuadro de la Liga de Expansión MX del futbol mexicano, el resultado fue un sufrido empate a dos goles, en el que la oncena lagunera tuvo que venir de atrás, pues los visitantes lograron ponerse en ventaja de dos por cero tras zendo autogol de Santamaría y gran error de Abella al retrasar un balón.
El juego fue el segundo de un par de encuentros, concertados para jugarse, uno por la mañana a puerta cerrada, que se jugó con lo que podemos suponer que fue el cuadro suplente de los laguneros, que terminó con triunfo santista de tres por uno; y el oficial por la tarde, ya con los que se piensa que serán los titulares del técnico Fernando Ortiz para el juego inaugural contra Chivas.
Se suele decir que en los juegos de pretemporada el resultado es lo que menos importa, sobre todo cuando los partidos tienen ese esquema que se ha vuelto muy popular entre los técnicos, de dividir los partidos hasta en cuatro tiempos más cortos de duración, y hacer muchos cambios, sin que se pueda determinar con claridad cual pueda ser el cuadro titular.
Pero cuando ya se juega con la formalidad de dos tiempos de 45 minutos y con público en la grada, ya se puede vislumbrar que el cuadro que inicia el encuentro es el que podría suponerse como titular, y entonces el resultado toma una relevancia diferente, porque ya es producto del desempeño que tenga el equipo, más allá de los cambios que el técnico pueda ir realizando en el transcurso del partido.
Bajo estas circunstancias ya se puede emitir un juicio acerca de lo que se puede esperar de cada cuadro, cuando menos para el arranque del torneo.
Lo que se pudo ver, es que la cara del conjunto santista, que ya incluyó en su alineación inicial a los tres “refuerzos” que llegaron, no cambia mucho de la que mostrara el torneo anterior, adoleciendo de debilidad en la zaga y la misma inoperancia en su media cancha, así como la falta de profundidad al ataque, que le ha sido tan característica.
Además de que, al enfrentar a un rival de una liga inferior, debe haber más exigencia al analizar su funcionamiento, y más cuando las incrustaciones de jugadores son solo tres, es decir, más del 85% del cuadro es el mismo de la temporada pasada, y los hombres que se han sumado, junto con el nuevo director técnico, muy poco le han cambiado el rostro al que fuera el peor cuadro del pasado torneo, que necesita bastante más de lo que hasta el juego del sábado le han podido aportar las incorporaciones que su directiva ha hecho.
Mucho pudieran pensar que estamos exigiendo demasiado, pues el Tano Ortiz tiene poco tiempo trabajando con el equipo y los “refuerzos” apenas se están integrando, y tal vez tengan algo de razón; pero el tiempo apremia, el campeonato arranca el próximo sábado y no se ve gran avance en el funcionamiento del conjunto verde, y menos se advierte preocupación de la directiva por acercarle más talento a un plantel al que le urge de verdad para competir en serio en este futbol nuestro de cada día.
