No quería escribir sobre esto. Pero es inevitable. Es el rancho del horror.
Las imágenes son brutales. Son cientos de zapatos, enlodados, desgastados y tirados en un rincón. En una fotografía publicada por la BBC hay una bota negra, un huarache y muchos tenis y calzado deportivo. También hay pedazos de ropa y un frasco de algo que es difícil identificar, pueden ser pastillas contra el dolor o vitaminas. Pero el mensaje de lo que vemos es inequívoco: Aquí hay caos y muerte.
La Fiscalía de Jalisco dio a conocer otra foto en que aparecen numeradas 50 mochilas. Imposible saber si se trata de "backpacks" de víctimas del Cartel Jalisco Nueva Generación, que opera en esa región de México, o de algunos de sus integrantes que estaban en ese rancho recibiendo adiestramiento y siendo puestos a prueba. Lo único que sabemos es lo que quedó: mochilas vacías y abandonadas.
Hay otras fotografías, igualmente desgarradoras. En grupos de 10 aparecen en una libreta y escritos a mano varios apodos y primeros nombres o apellidos: "Guacamaya", "Bicho", "Pollo", "Dexter", "Castillo", "Po", "Gato", "Macumba". Puede ser, por igual, una lista de exterminio que una de reclutamiento.
Todo esto, restos humanos y mucho más, fueron encontrados hace unos días en el Rancho Izaguirre, que queda en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, a poco más de una hora de Guadalajara, la segunda ciudad más grande de México. Lo frustrante es que esos macabros hallazgos fueron encontrados por los Guerreros Buscadores de Jalisco - uno de los varios colectivos de derechos humanos que buscan a familiares desaparecidos en México - y no por las autoridades.
Es difícil poner una cifra exacta, pero según el Movimiento Por Nuestros Familiares Desaparecidos en México hay 52,000 restos humanos sin identificar. A eso hay que añadir a los que desaparecieron sin dejar rastro. Existe todo un debate sobre cuántos desaparecidos hay en México. De acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda en julio del 2023 había 110,000 desaparecidos en México desde 1963. Aunque el gobierno de Andrés Manuel López Obrador siempre negó que esa fuera la cifra correcta.
Independientemente de los números, cada desaparecido es una tragedia y un asunto pendiente. Sobre todo, para las angustiadas familias que no saben si seguir buscando o ponerle un punto final a su búsqueda. Pero, al final, siempre queda una esperanza.
Eso llevó a los Guerreros Buscadores de Jalisco al rancho en Teuchitlán. Yo no he estado en el rancho y dependo de las crónicas de otros reporteros y buscadores que sí han estado ahí. "Dimos (con el lugar) porque teníamos varias llamadas anónimas… Y pues nos encontramos con restos de cuerpos humanos calcinados en fosas", le dijo una vocera de la organización, Indira Navarro, a la agencia AFP. Ella busca a su hermano desaparecido desde el 2015. "Realmente esto era un sitio de exterminio, de reclutamiento y exterminio".
La propia Fiscalía del Estado de Jalisco reconoce en su página oficial que en septiembre del 2024 hubo una operación de la Guardia Nacional en ese mismo rancho que culminó con el arresto de 10 personas. Lo que está muy raro es que en esa operación hace seis meses no hayan descubierto lo que encontraron los buscadores hace unos días y que las autoridades locales no supieran nada.
Algo no cuadra. Ante uno de los más graves incidentes de la violencia en México, la presidenta Claudia Sheinbaum ha pedido que la Fiscalía General de la República investigue y se encargue ahora del caso. Tiene razón al decir que esto no debe ser un asunto político. Hay que llegar al fondo del asunto. Pero ¿quién cree que en este caso va a haber justicia y se castigará a los responsables?
La violencia sigue siendo el principal reto del nuevo gobierno. A pesar de la narrativa oficial de que hay una tendencia a la baja en la criminalidad, los datos en el tema central son más duros. Un ejemplo: en el 2023 hubo 29,714 homicidios dolosos, mientras que en el 2024 los asesinatos subieron a 30,047. Ahí no hay ninguna tendencia a la baja y se trata de cifras del propio gobierno. Y estos números no incluyen a los desaparecidos.
En las últimas semanas Trump ha chupado todo el aire y ha sido la noticia. Pero al final de cuentas, Trump no es México y todos los países tienen que lidiar con sus conflictos internos. El principal problema de México es que siguen matando a muchos mexicanos. En enero hubo 2,373 asesinatos. No podemos normalizar esto.
Ese rancho en Jalisco es el símbolo perfecto de lo que está mal en México: zonas controladas por el narcotráfico, con impunidad casi total, enormes vacíos de autoridad, jóvenes muertos, familiares desesperados y sin ayuda oficial, explicaciones muy raras sobre operaciones previas y poca claridad respecto a las nuevas políticas contra el crimen. ¿Se sigue defendiendo la fracasada política de "abrazos, no balazos" o se trata de una nueva era en que se enfrenta directamente a los líderes del narcotráfico y, si es necesario, se les envía a Estados Unidos? Parece que no molestar a AMLO, criticando públicamente sus lineamientos, sigue siendo una variante importante. Aunque ya se nota un cambio de rumbo.
Quizás lo más grave de todo es que esas fotografías de zapatos amontonados y olvidados debieron haber parado y conmovido al país, y obligado a un cambio inmediato. Y, sin embargo, no pasó nada.
¿Dónde quedó la indignación?