Todo el mundo habla de la cultura, defendiéndola, promoviéndola, ensalzándola, y demás adjetivos que pudiéramos agregar. Nos pasamos 17 años en la escuela para obtener un título profesional a nivel licenciatura; más si estudiamos maestría o doctorado. Dices que nos la pasamos en el estudio; ¿será cierto? Ese tiempo sería más que suficiente para que al final del camino se poseyera una visión amplia del mundo, de la historia, del pensamiento, de las artes, aparte de dominar una técnica que te permita ser productivo y a través de la cual te puedas mantener. Esto, los que tienen suerte, que son las minorías. Los que no, se quedarán a la mitad del camino. Aprenderán un oficio que es lo mínimo. Si no lo aprendes, no tendrás muchas opciones para sobrevivir; caldodo de cultivo de donde la delincuencia se nutre.
Concentrémonos en los que tienen posibilidades de estudiar una carrera. Al final obtienes un título y te lanzas a buscar empleo. Su primera decepción es que no les ofrecen los sueldos que creen merecer; por falta de experiencia. A los dos años se desencantan y buscan maneras más fáciles de prosperar, en el oficio de los padres o en el área de ventas. La culpa la tendrá el sistema educativo que los engañó. Se encierran en sí mismos y muchos buscarán escape para evadirse de la realidad.
Mi experiencia como maestro por más de treinta años, es que el mal no está tanto en los sistemas como en los propios alumnos que no se toman en serio su preparación. Se vuelven tramposos, engañan, evitan la información que se les dice, deben obtener y, en realidad, desconocen muchos aspectos de su profesión; que serían las bases de su conocimiento.
Hoy en día, en internet, abundan los lugares de donde puedes obtener trabajos a través del copy page. La información nunca pasa por tu cerebro, (El Rincón del Vago), lo mismo que resúmenes de lecturas. ¿Para qué leer un libro si existen la sinopsis?
Las trampas se van acumulando y los sistemas abiertos se prestan a más, porque puedes contratar a alguien a que haga el curso por ti. A mí me intentaron contratar; me negué.
Si esto pasa con las bases de tu preparación, que no pasará con lo que llamamos cultura general. Pensamos que por pertenecer a una clase social u obtener un título ya lo obtenemos, lo cual no es siempre cierto. La cultura oral es la de oídas, parte de la cultura general. Desaparecen las abuelas y las madres, o las nanas, que cuentan historia a los niños antes de dormir. No sé qué tanto público tengan los cuentacuentos.
Pero la cultura general presupone muchas cosas; las tradiciones de los pueblos, las fiestas religiosas y cívicas, las artes a los diversos niveles, desarrollar un pensamiento, una estética, una concepción del mundo; pero, sobre todo, encontrar un sentido de la vida que vaya más allá de convertirte en la extensión de máquina para ganar dinero porque dice que eso te lleva a la felicidad.
Nuestra cultura puede reducirse a repetir lo que la gente dice. La mona Lisa es el mejor cuadro sobre una mujer. ¿Por qué? Yo prefiero la mujer de la perla. En la mona Lisa pesa los robos que ha sufrido; a lo mejor, ni es la original. Existe una parecida en el museo del prado.
Los Tlaxcaltecas son traidores. Antes de la conquista eran enemigos de los aztecas, quienes los utilizaban para sus guerras floridas. ¿Cómo se puede traicionar a un enemigo? Alguien me afirmaba que en Cuba había misiles, desconociendo cuando Rusia y los Estados Unidos tuvieron un grave problema en 1962; desde entonces se acordó de que en la isla no los hubiera.
Pero la cultura general no sirve únicamente para saber datos; es una fuente de riqueza para el ser humano que no se conforma con producir sino con realizarse. Ir más allá de subsistir, de mi especialización, del pequeño mundo en donde me desenvuelvo, de que se abran las perspectivas que como individuo tengo de la vida.
Soy, ¿para qué soy?, ¿qué es lo que soy? La cultura general me puede servir para definirlo. Hasta donde puedo llevar mis potencialidades, el conocimiento, la emoción, la voluntad, mis parámetros estéticos. Este animal racional que tan animal y tan racional es. ¿Qué tanto puedo comprender al mundo? ¿Qué tanto debo de temer lo que le pueda pasar a mi nación y al mundo?
Podemos conformarnos con los textos del ‘Whats’ o Wikipedia, o vivir la aventura de ser, con el saber.
Recomendación: Maaluof: El laberinto de los extraviados. Occidente y sus adversarios.