
El actual campeón del torneo, el norteamericano Scottie Scheffler y su hijo Bennett, observan cómo Sam Burns recoge su bola de la bandera del primer hoyo, durante la tradicional competencia del Par-3 contest en Augusta, donde este jueves, se pone en marcha la primera ronda de 18 hoyos.
Por ahora, hay una nueva y peculiar tradición en el Masters: es la primera oportunidad en nueve meses para que los mejores golfistas del mundo compitan entre sí, sin importar el circuito en que militen.
Jon Rahm y Bryson DeChambeau están entre los mayores astros del golf que casi nadie ve durante el cisma actual entre la Gira de la PGA y la liga LIV Golf financiada por Arabia Saudí.
No parece que la división pueda resolverse en el futuro inmediato.
"Creo que a todos nos gustaría ver eso", dijo el español Rahm sobre una posible reunificación. "Pero por lo que puedo decir y ustedes pueden decir, no está sucediendo pronto".
Rahm todavía sube al vestuario reservado para los campeones del Masters en la casa club del Augusta National, donde puede encontrar muchos amigos, seis de ellos colegas en LIV Golf y muchos otros que pueden ver más allá del conflicto.
SU MAYOR ANHELO
DeChambeau todavía sueña con ganar una chaqueta verde del Masters como lo añoraba cuando era niño. Aun así, hay otra identidad en el primer major del año porque ha pasado mucho tiempo desde la última vez que tantos de los mejores estuvieron en el mismo campo.
"Cada vez que tengo la oportunidad de jugar contra todos, los mejores jugadores del mundo, es genial", manifestó DeChambeau. "Creo que eso es lo que todos esperamos en algún momento, que se resuelva. Eso está más allá de mí y de mi alcance, desafortunadamente. Creo que en algún momento, si los jugadores se juntan, podríamos resolverlo. Pero es mucho más complicado, obviamente, de lo que todos pensamos".
Rahm regresa al Augusta National con una actitud muy diferente.
El año pasado, era el campeón defensor del Masters y había tomado recién la decisión de retractarse de su proclamada "lealtad" a la PGA. Firmó en cambio por las riquezas saudíes de la LIV Golf.
Tuvo una temporada para olvidar en los majors, sin competir seriamente en ninguno de ellos, perdiéndose el Abierto de Estados Unidos por una infección en un dedo del pie.
"Hubo algunas veces en las que había muchas preguntas a las que realmente no tenía respuesta... el estado del juego y lo que está sucediendo. Todos queremos una solución y es difícil dar una. Cuando se trata de esta semana, el año pasado para mí fue difícil porque fue el primer major después de unirme a LIV y también estaba defendiendo el título. Había mucho en juego esa semana", dijo.
No parece haber mucho en términos de una solución.
La segunda reunión en la Casa Blanca con el presidente Donald Trump en febrero resultó en lo que podría calificarse como un punto muerto.
Yasir Al-Rumayyan, el gobernador del Fondo de Inversión Pública detrás de LIV Golf, quiere un camino a seguir para el golf por equipos. El comisionado de la PGA, Jay Monahan, dijo que, si bien el objetivo era reunir a los mejores del golf, "el único acuerdo que lamentaríamos es uno que comprometa la esencia de lo que hace al golf y a la PGA tan excepcionales".
El Fondo envió recientemente una propuesta que ofrecía 1.500 millones de dólares y un asiento para Al-Rumayyan en el PGA Tour Enterprises. La Gira no encontró necesidad de responder a ello porque ya eran asuntos aboradados sin solución sobre qué hacer con dos giras.
A ESCENA
Rahm, DeChambeau, Brooks Koepka y otros jugadores de LIV llegaron desde Miami después del primer evento nacional de LIV en Trump Doral. Según el Sports Business Journal, la Gira de la PGA promedió 1,75 millones de espectadores en NBC para la victoria de Brian Harman en el Valero Texas Open. LIV Golf promedió 484.000 espectadores en Fox para el triunfo de Marc Leishman.
Ahora todos están en el Augusta National, y el golf se siente normal de nuevo entre cornejos y azaleas. Hay, eso sí, muchos menos pinos de Georgia menos, arrasados por el huracán Helene el otoño pasado.
Es un gran escenario para que los mejores jugadores de LIV Golf se desempeñen porque las oportunidades son limitadas, incluso cuando los golfistas piensan más en ganar un major que en demostrar otra cosa.
DeChambeau quiere una primera chaqueta verde tan desesperadamente como Rahm desea una segunda y tanto como Scottie Scheffler está tratando de ganar una tercera.
"No creo que necesites hacer nada para que el Masters sea más especial de lo que ya es", opinó Rahm. "Venir aquí, no hay nada adicional a eso. Los majors siempre han estado aparte de cada evento en el mundo, y cuando vienes a uno de éstos, no se siente diferente a lo que era antes o algo así".
Hacia el final de la conferencia de prensa de Rahm, se le preguntó sobre el ranking mundial -los eventos de LIV Golf no reditúan puntos- y dónde considera que está actualmente entre los mejores del mundo.
En los siete torneos que jugó fuera de LIV el año pasado -incluyendo los Juegos Olímpicos- Rahm se ha ubicado cinco veces entre los 10 primeros, un corte fallido en el Campeonato de la PGA y un empate en el 45to puesto en el Masters.