
Falta de fondos dispara brote de sarampión en Texas, recortes federales amenazan prevención de más casos
El brote de sarampión en el oeste de Texas no ocurrió por casualidad.
Esta enfermedad, fácilmente prevenible y declarada erradicada en Estados Unidos en el 2000, azotó comunidades de más de 20 condados texanos, en parte porque los departamentos de salud carecían de los fondos necesarios para llevar a cabo los programas de vacunación, dicen funcionarios.
"Desde hace años no hemos tenido un programa de inmunización sólido que realmente pueda hacer mucho trabajo de campo", dijo Katherine Wells, directora de Salud Pública en Lubbock, que se encuentra a 90 minutos en automóvil del epicentro del brote.
Los programas de inmunización a nivel nacional se han visto debilitados debido a años de estancamiento en la financiación por parte de los gobiernos a nivel federal, estatal y local. En Texas y en otros lugares, esto contribuyó a preparar el terreno para el brote de sarampión actual e impulsó su propagación. Ahora, los recortes a la financiación federal amenazan los empeños para prevenir más casos y más brotes.
Los departamentos de salud recibieron un flujo de dinero en efectivo para combatir el COVID-19, pero fue insuficiente para compensar años de negligencia. Además, la confianza en las vacunas se ha erosionado. Las autoridades sanitarias advierten que la situación tiene los elementos para empeorar.
Aunque el brote en Texas comenzó en comunidades menonitas que se han mostrado reacias a las vacunas y que desconfían de la intervención gubernamental, se propagó rápidamente a otros lugares que también tienen tasas de vacunación bajas. Existen focos similares de subvacunación en todo el país que podrían ser el detonante que desencadene otro brote.