Si Trump nos metió un gol, la presidenta Sheinbaum logró empatar el marcador. Y sí, el gol de México se festeja, se reconoce, se aquilata. El partido no ha terminado, le faltan demasiados minutos y sabemos bien que el rival es más poderoso, pero siempre es mejor estar 1-1 que 1-0, sobre todo cuando el encuentro acaba de iniciar.
No me imagino más que a un puñado de mexicanos con intereses muy particulares -incluyendo morenistas adversos a la presidenta- prefiriendo un escenario de aranceles a uno de no-aranceles… aunque sea un mes.
En este primer encontronazo, la estrategia de la presidenta de México fue exitosa. Primero, aguantó hasta el final y mantuvo la apuesta arriesgada de que el presidente de Estados Unidos al final se iba a echar para atrás con los aranceles. Segundo, no se enganchó en una bravuconada patriotera como el presidente de Colombia (la presidenta aceptó a los migrantes deportados sin chistar) ni con una detallada amenaza de retribución como el primer ministro de Canadá (Trudeau habló concretamente de aranceles contra Estados Unidos, mientras Sheinbaum fue más suave al hablar vagamente de un Plan B sin amagar a la potencia con nada concreto). Y tercero, se concentró en una cosa: desactivar los aranceles. Esa fue la prioridad. En su llamada con el presidente de Estados Unidos, reportó que no se enganchó con las redadas y deportaciones de migrantes, no se enganchó con que la Casa Blanca acusó al gobierno de México de estar coludido con el narco, y se concentró en comprar tiempo (un mes).
Desactivar la amenaza de aranceles a cambio de 10 mil soldados mexicanos haciéndola de Border Patrol es exactamente lo mismo que consiguió Trump con AMLO el sexenio pasado. Se ve que Trump y Sheinbaum entraron al juego sabiendo que estaban repitiendo una obra de teatro que ya habían ensayado. Ella calculó que él es el mismo Trump, y él calculó que Sheinbaum es como AMLO. Ya se sabían el guión.
El gol se festeja, pero hay varias amenazas que ensombrecen el marcador.
1.- La inestabilidad de Trump: con la misma puede cambiar de opinión en tres días y regresar a la amenaza.
2.- Que el 3 de marzo se repite la historia de tensión.
3.- Que en abril viene otra amenaza de aranceles. La amenaza comercial. La que no tiene que ver con fentanilo ni migrantes, sino con cuestiones comerciales directas, como lo adelantó Howard Lutnick, secretario de Comercio de Trump.
4.- Que la Casa Blanca no se desdice de su diagnóstico: "las organizaciones mexicanas de narcotráfico tienen una alianza intolerable con el gobierno de México". Eso parte de García Luna con Calderón, se sigue con Cienfuegos que era de Peña Nieto, luego lo que ha dicho de AMLO y el narco la mitad del gabinete de Trump, y remata en Sinaloa de Sheinbaum.
Como después de todo buen gol, se festeja, pero inmediatamente el equipo se reagrupa, se concentra y se mantiene la guardia en alto porque si se confían, viene goliza en contra.