El tema principal en estas últimas semanas que ha puesto de cabeza a Canadá y México, ha sido el de los aranceles que impondría Estados Unidos, un tema bastante complejo. Desde campaña Trump no se ha cansado de vociferar todo lo que impondría a México si no cooperaba con dos temas principales, en fentanilo y la migración irregular, además de designar a los cárteles de México como organizaciones terroristas.
Trump ha empleado políticas unilaterales que no favorecen ni a su país y por supuesto a México, como el de los aranceles y las deportaciones de connacionales a nuestro país, estas acciones reflejan la gran necedad de Trump por lograr a cómo de lugar sus imposiciones sin haber un diálogo, y que los acuerdos favorezcan a los tres países, Canadá, Estados Unidos y México; su necedad desde mi punto de vista es un millonario que quiere comprar todo a como dé lugar de manera irresponsable, que lo único que genera es un discurso de odio y misántropo.
De todo esto, los resultados han sido negativos, pérdidas de empleos no solo de connacionales sino latinoamericanos cuyas condiciones laborales no eran las más favorables, sino salarios insuficientes, pérdidas económicas para los empleadores. La puesta en marcha de los aranceles, reflejaron pérdidas económicas que causarían en el sector automotriz y agroindustrial principalmente. Estas medidas además también impactaron en el flujo de operaciones financieras, controles aduaneros con mayor restricción, provocando retrasos en fronteras y por supuesto ascenso de costos comerciales y de logística.
La presidenta de México hasta estos momentos se ha mantenido cautelosa y prudente a diferencia del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en no tomar medidas radicales a causa de la puesta en marcha de los aranceles.
Trump utilizó esta medida a México como medida de presión por tener un tratado de libre comercio con China, esto debido a que los últimos diez años los productos estadounidenses fueron desplazados no solo en México sino a nivel mundial por los de origen chino, además de insistir que México y Canadá deben reforzar acciones para evitar el tráfico de fentanilo y la migración irregular, discurso que desde campaña se ha señalado.
Sin embargo, lo que Trump nunca consideró con estas medidas, fue el impacto negativo que generó entre México y Estados Unidos, y de las desastrosas afectaciones que provocaron en un solo día la entrada en vigor de las tarifas arancelarias.
Esperemos la presidenta Sheinbaum siga manteniéndose firme, prudente y cautelosa para no rendirse ante las imposiciones de estados unidos, como lo hicieron sus antecesores.