
Ingrid Coronado y Anna Ferro siguen en disputa legal por la herencia de Fernando del Solar
A más de dos años del fallecimiento de Fernando del Solar, el conflicto entre su viuda, Anna Ferro, y la madre de sus hijos, Ingrid Coronado, sigue sin resolverse. La disputa gira en torno a una propiedad en Cuernavaca que, según Ingrid, debería formar parte del fideicomiso destinado a sus hijos, Luciano y Paolo, pero que actualmente es habitada por Ferro.
La periodista Ana María Alvarado reveló en su canal de YouTube que el enfrentamiento entre ambas mujeres persiste, con acusaciones de comportamiento contradictorio por parte de Ingrid. Según Alvarado, Ferro sostiene que la presentadora muestra apoyo en público, pero tras bambalinas actúa de manera diferente.
El origen del conflicto
De acuerdo con los reportes, Fernando del Solar dejó propiedades para su familia: una para el hijo que tuvo con Ingrid y otra para su esposa. Sin embargo, Ferro ha dejado claro que no cederá fácilmente el departamento en cuestión, asegurando que tiene un documento que avala su derecho sobre la propiedad.
En una reciente entrevista con Ventaneando, Ferro declaró que su esposo intentó retirar la propiedad del fideicomiso desde 2015, sin éxito. Como alternativa, firmó un documento en el que le otorgaba derechos sobre el inmueble, razón por la cual ella se niega a desalojarlo.
Por su parte, Ingrid sostiene que el departamento no está incluido en el testamento de Fernando y que, al ser parte de un fideicomiso, legalmente le pertenece.
Proceso legal en curso
Desde octubre de 2022, Ingrid ha buscado recuperar la propiedad, asegurando que ha intentado llegar a un acuerdo con Ferro, sin éxito. La instructora de yoga, en cambio, sostiene que fue ella quien propuso una negociación, pero que las condiciones impuestas por Ingrid eran inaceptables.
Ferro también desmintió estar ocupando la vivienda de manera ilegal. “Si estuviera en algo indebido, no seguiría viviendo ahí. Hay muchas verdades a medias en esta historia”, afirmó.
Ana María Alvarado aseguró que este proceso puede extenderse aún más, pues algunos han llegado a alargarse hasta por 8 años.