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La energía del equinoccio

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La madrugada del próximo jueves 20 de marzo, a las 3:01 horas del centro de México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), se registrará en nuestro territorio el equinoccio de primavera.

Equinoccio significa "igual-noche", haciendo referencia a que, debido a la posición de la Tierra, el día y la noche tienen la misma duración (12 horas) en todo el planeta, a excepción de las regiones polares, de acuerdo con información de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Hay una creencia (esotérica) sobre aquel punto medio de iluminación y oscuridad (que también se da en otoño): el equinoccio es un buen momento para alcanzar un "equilibrio". En México, se relaciona con 'cargarse de energía', y nada mejor que las zonas arqueológicas para ello.

Hay más de 190 zonas arqueológicas en el país, algunas de ellas orientadas a ciertos fenómenos astronómicos, también relacionados con los tiempos de siembra y cosecha.

La pregunta de muchos: ¿a qué hora llegar para "cargarse de energía"? Dicta la creencia popular que entre las 12:00 y las 14:00 horas, cuando el sol está en lo más alto del cielo. Y, si vas vestido de blanco, es mucho mejor.

Sean peras o manzanas, aquí te presentamos cuatro sitios en México donde puedes recibir la primavera en medio de espectaculares paisajes que combinan la naturaleza con el pasado prehispánico.

¿POR QUÉ UN SITIO ARQUEOLÓGICO?

Muchos creen que las pirámides pueden concentrar energía electromagnética debido a su geometría.

Miles de personas ya tienen la costumbre de asistir "a las pirámides" a "cargarse de energía" el 21 de marzo, fecha en la que tradicionalmente entra la primavera, aunque el día exacto puede variar, como este año.

Hacia finales de los noventa, el Instituto Nacional de Antropología e Historia ya reportaba problemas de conservación en varios sitios arqueológicos por el repentino crecimiento en la llegada de turistas. Por ello, desde hace unos años se han implementado operativos especiales en cada equinoccio.

Qué dice la ciencia

Existen excepciones, pero el equinoccio de primavera no fue especialmente algo esencial para las culturas mesoamericanas, las cuales desarrollaron su propio sistema calendárico.

Varias de sus estructuras arquitectónicas corresponden, más bien, a ciertos números, periodos de días y fechas rituales o religiosas que, para el mundo actual, no tienen significado, explicó Jesús Galindo Trejo, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM.

La idea de que en el equinoccio de primavera hay que "recargarse de energía" es una moda del mundo actual. Las personas se visten de blanco y visitan sitios arqueológicos, pero nada tiene que ver con un culto antiguo, reveló el investigador.

Otro de los mitos: hay que asistir con ropa blanca debido a sus connotaciones esotéricas "de pureza, paz, inocencia y renovación". Si esto último se consulta con la ciencia, particularmente la física, el color que absorbería la energía solar sería el negro, ya que el blanco, por el contrario, suele repelerla.

Se ha comprobado científicamente -también aseguró el experto- que la energía solar durante los equinoccios es la misma que se registra en cualquier día del año.

En los años ochenta se empezó a difundir de manera masiva la aparición de una "serpiente" durante los equinoccios en las escalinatas de la pirámide de Kukulcán, en Chichén Itzá, Yucatán.

La palabra "Dzibilchaltún" significa "lugar donde hay escritura en las piedras", en referencia a las lápidas conmemorativas o estelas que se encontraron en el sitio.

Por su cercanía con Mérida, la capital del estado (22 kilómetros), y con el puerto de Progreso (24 kilómetros) -destino de cruceros internacionales- es el tercer sitio arqueológico más visitado del estado de Yucatán.

Su edificio más sobresaliente es el Templo de las Siete Muñecas, una estructura cuadrangular de lo que alguna vez fue un templo monumental.

Debe su nombre a una ofrenda descubierta en su interior, conformada por siete figuras de barro con forma humana.

Al amanecer, tanto en el equinoccio de primavera como en el de otoño, la entrada situada al centro del templo (con vistas al oriente y poniente) se ilumina con el resplandor del Sol conforme este va apareciendo en el horizonte. Cuando la totalidad del disco solar atraviesa aquella puerta, situándose justo en medio, inicia un fenómeno de luz y sombra que dura solo unos segundos.

Para poder apreciarlo hay que llegar antes de las cinco de la mañana para conseguir un buen lugar. Debido al alto número de visitantes, tal vez no puedas apreciarlo en primera fila.

Sin embargo, aprovecha la visita para que, el resto de la mañana, recorras otras edificaciones de Dzibilchaltún, como el Templo Parado. Se llama así porque fue el único que se encontró de pie, cuando comenzaron los trabajos arqueológicos al inicio de la década de los cuarenta.

También date una vuelta por el cenote Xlacah (no tiene acceso al público para nadar). Sus aguas tienen un profundo color turquesa.

Igualmente se puede visitar una capilla abierta franciscana del siglo XVI que fue parte de la hacienda Chablekal.

Se estima que Dzibilchaltún se fundó 500 años antes de Cristo y que seguía habitado cuando llegaron los españoles. En su época de esplendor, tendría alrededor de 40 mil habitantes.

El sitio conserva 12 sacbés o caminos blancos milenarios, ya que era una ciudad concéntrica, es decir, sus caminos y construcciones se trazaron en torno a una plaza central.

A 40 kilómetros de la zona arqueológica está el pueblo mágico de Motul, famoso por sus deliciosos huevos motuleños: estrellados o revueltos, servidos sobre una tortilla frita con frijoles también refritos y bañados en salsa de jitomate, los cuales pueden degustarse en el Mercado Municipal 20 de Noviembre.

Motul también fue centro de la industria henequenera del estado. A siete cuadras de la plaza principal está Sambulá, un cenote cerrado al interior de una gruta de hasta ocho metros de profundidad, de 30 metros de largo y ocho de ancho, en medio de impresionantes formaciones rocosas que sirven de marco para nadar en sus aguas refrescantes y cristalinas.

El punto focal es la Gran Pirámide de Cholula, dedicada a Tláloc. Su base es la de mayor superficie en Mesoamérica, con 450 metros por lado y 66 de altura (dos veces la Pirámide del Sol de Teotihuacán). Para su construcción, se aprovechó una elevación natural en la que se superpusieron varias estructuras piramidales con los años, provocando que la base fuera creciendo. Durante la Colonia, en la cima, los españoles construyeron un templo dedicado a Nuestra Señora de los Remedios.

A los lados, había edificios elegantemente decorados. Sobrevive el "patio de los altares". Se le dio ese nombre por los altares y estelas encontrados.

Cholula fue un importante centro ceremonial y urbano, cuyo desarrollo, auge y decadencia podrían haber ido en paralelo al de Teotihuacán. Fue abandonada hacia los años 700 y 800, cuando perdió gran parte de su población. Y, tras un periodo de decadencia, resurgió como centro religioso y comercial hasta que, en 1519, ocurrió "la matanza de Cholula", por orden de Hernán Cortés.

Ahora, en la "gran pirámide", la primavera se recibe en cualquier momento del día.

Visita: el Museo Regional, la Capilla Real, el convento franciscano y los templos de Tonanzintla y Acatepec. Por su gran ambiente universitario hay buena oferta de cafés, restaurantes y bares.

Existen excepciones, pero el equinoccio de primavera no fue especialmente algo esencial para las culturas mesoamericanas, las cuales desarrollaron su propio sistema calendárico.

Varias de sus estructuras arquitectónicas corresponden, más bien, a ciertos números, periodos de días y fechas rituales o religiosas que, para el mundo actual, no tienen significado, explicó Jesús Galindo Trejo, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM.

La idea de que en el equinoccio de primavera hay que "recargarse de energía" es una moda del mundo actual. Las personas se visten de blanco y visitan sitios arqueológicos, pero nada tiene que ver con un culto antiguo, reveló el investigador.

Otro de los mitos: hay que asistir con ropa blanca debido a sus connotaciones esotéricas "de pureza, paz, inocencia y renovación". Si esto último se consulta con la ciencia, particularmente la física, el color que absorbería la energía solar sería el negro, ya que el blanco, por el contrario, suele repelerla.

Se ha comprobado científicamente -también aseguró el experto- que la energía solar durante los equinoccios es la misma que se registra en cualquier día del año.

En los años ochenta se empezó a difundir de manera masiva la aparición de una "serpiente" durante los equinoccios en las escalinatas de la pirámide de Kukulcán, en Chichén Itzá, Yucatán.

Este fenómeno, que fue bautizado como "el descenso de Kukulcán" ya había sido observado durante varios años, pero fue hasta entonces que empezó a popularizarse a través de la tv. En los siguientes años se descubrieron fenómenos similares, como el de Dzibilchaltún, en Yucatán.

Surgió como un conjunto de aldeas agrícolas y de pesca en la cuenca de México, y para el año 800 a.C. ya se había convertido en una compleja ciudad y un importante centro religioso dedicado principalmente a Huehuetéotl, el dios viejo del fuego.

Su esplendor terminó abruptamente alrededor del 250 d. C. cuando el volcán Xitle tuvo una violenta y devastadora erupción que la cubrió con una gruesa capa de lava, alcanzando 10 metros de espesor.

De ese lugar se conservan varios vestigios, como la pirámide circular, una construcción escalonada que sobresale en el paisaje urbano. Tiene 100 metros de diámetro y cerca de 22 metros de alto.

Se cree que fue utilizada como centro ceremonial y que su diseño circular simbolizaba el Cosmos o la eternidad, aspectos esenciales en la cosmovisión de los pueblos prehispánicos.

Aquí, la tradición de los visitantes durante el equinoccio es llegar a la parte más alta de esa estructura y elevar las manos al cielo, a eso del mediodía, cuando el Sol se encuentra en el punto más alto del cielo. Hay otras personas que prefieren permanecer bajo la sombra de un árbol cercano y hacer lo mismo.

Este sitio arqueológico tiene un interesante museo de sitio en el que se cuenta toda su historia. Y, para quienes deseen continuar con un paseo durante el día, esta zona de la ciudad ofrece varias opciones: el Centro Cultural Universitario de CU, Six Flags o el barrio de Tlalpan.

Esta zona arqueológica fue bautizada en el siglo XIII por los totonacos como "Tajín", que significa "trueno" o "humo poderoso", en referencia al poderoso dios Huracán, por estar en la costa del golfo de México, una zona de ciclones.

Entre el 850 y 1150 d.C., un cambio climático produjo lluvias intensas, huracanes y un incremento del nivel del agua, por lo que sus gobernantes transformaron la ciudad y agregaron nichos a los edificios en honor a Quetzalcóatl y otras deidades.

Como dato curioso, este es el sitio arqueológico en el que se han encontrado el mayor número de juegos de pelota (más de 20). Es muy posible que ahí se hayan jugado todas sus variantes: con bastón, con paleta, con el cuerpo.

El edificio más icónico de la zona arqueológica (inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco) es la pirámide de los Nichos, una obra maestra de la antigua arquitectura mesoamericana. Con una estructura de base casi cuadrangular, posee siete plantas que se sobreponen de manera decreciente. Cada una contiene una serie de nichos que dan un total de 365; así que podría representar un calendario solar monumental.

Para "recibir la energía del Sol" en El Tajín, no hay una hora específica, aunque los entusiastas de esta costumbre recomiendan llegar el día y hora exactos en los que se registra el equinoccio, siempre y cuando el sitio esté abierto al público.

A unos cuantos minutos de ahí, se instaló el Parque Temático Takilhsukut. Es la sede oficial de Cumbre Tajín, un festival en el que se resaltan las culturas del Totonacapan, con ceremonias, talleres, rituales, danzas, gastronomía y conciertos de artistas nacionales e internacionales. Este año se llevará a cabo del 19 al 22 de marzo.

No dejes de ir al pueblo mágico de Papantla, donde se levanta la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, el monumento al Volador en el Cerro del Campanario y el Mercado Hidalgo para probar u beso papantleco: bebida fría con ro, granadina, leche evaporada y vainilla, planta con denominación de origen desde 2009.

A 20 minutos, en medio de una reserva natural, Eco Park Xanath te muestra la flora y fauna de la región. Cuenta con un área segura para acampar y recorridos guiados.

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Escrito en: Santos Laguna Femenil guerreras

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