"El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable". —Jaime Sabines, Los amorosos
Hay quien dice que el amor es una de las fuerzas fundamentales de la naturaleza, como la gravedad o el electromagnetismo. Octavio Paz, recordando a Luis Cernuda, reflexionó en 1964 en "La palabra edificante": "El poder del amor no proviene de los hombres, seres débiles, sino de la energía que mueve a todas las cosas". Julio Cortázar expresaba en Rayuela que la voluntad no tiene defensa ante esta fuerza incontenible: "Como si se pudiera elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio".
Pero en este tema hay también otros datos. El antropólogo estadounidense Lewis H. Morgan sostenía que "La pasión del amor era desconocida entre los bárbaros" y añadía que el amor romántico era "hijo de la civilización". Margaret Meade afirmaba que "El amor romántico, tal y como se da en nuestra civilización, inextricablemente ligado a las ideas de monogamia, exclusividad, celos y fidelidad sin desviaciones, no se da en Samoa".
La verdad, sin embargo, es que tenemos relatos de amores apasionados desde que hay expresiones literarias. La Ilíada nos narra una guerra entre los reinos aqueos y Troya provocada por el amor entre Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta, y Paris, hijo de Príamo, rey de Troya. El Cantar de los cantares, un texto de la Biblia atribuido a Salomón, pone en voz de una mujer las frases: "Ah, si me besaras con los besos de tu boca. ¡Mejor es tu amor que el vino!... ¡Arrástrame en pos de ti! ¡Date prisa! ¡Llévame, oh rey, a tu alcoba!".
Hay expresiones de amor erótico desde las pinturas rupestres del paleolítico. El amor era quizá más libre: las mujeres no eran propiedad de un hombre, sino que amaban a distintos. Las familias eran habitualmente matriarcales; los hombres iban y venían, pero la mujer establecía una familia con sus hijos y nietos, en asociación con otras familias también matriarcales. La idea de que las mujeres debían ser fieles a los hombres no vino hasta el neolítico, cuando los hombres buscaban una esposa, o varias, que les aseguraran que sus tierras quedarían en manos de sus hijos y no de los de algún otro. La idea de que los hombres debían ser igualmente fieles no llegó sino hasta tiempos recientes.
Los poetas del Medievo tardío y del Renacimiento definieron el amor romántico como lo conocemos hoy. Dante Allighieri hizo de Beatriz su guía para conducirlo al paraíso. Shakespeare pone en voz de Julieta estas palabras para describir su amor: "Mi generosidad es tan ilimitada como el mar, mi amor tan profundo, porque ambos son infinitos". Pero el amor de los poetas era siempre frustrado. La historia de Romeo y Julieta ha pervivido con tanta fuerza porque murieron jóvenes, él de 15 a 17, ella de 13. Si hubieran vivido más, es muy probable que el amor se habría deteriorado con el tiempo.
El amor romántico persiste hoy, pero también hay visiones distintas. Erich Fromm distingue en El arte de amar entre el enamoramiento, una etapa inicial que pega como un golpe, y el amor, "un desafío constante" que requiere de un esfuerzo para construir una relación de mutuo apoyo y confianza. El amor puede tomar, sin duda, muchas formas. Hay amores irracionales y tempestuosos, que lo parten a uno como el rayo de Cortázar, pero otros son maduros y apacibles.
"Todo lo que necesitas es amor", cantaban Lennon y McCartney. Cuando llega es imposible ocultar la alegría. Pero eso no descarta lo que tantas veces nos dijo Germán Dehesa: "El amor es canijo". Aun así, es mejor vivirlo que nunca tenerlo. Qué triste que nos pase lo que a P.G. Wodehouse: "La voz del amor pareció haberme llamado, pero era un número equivocado".
GASOLINA
Si realmente la presidenta Sheinbaum quiere que la gasolina sea más barata, debe evitar recurrir a controles de precios o a presiones a los gasolineros. Su gobierno no puede controlar el precio internacional del crudo, pero sí bajar el IEPS y dejar de poner barreras a la entrada de nuevos competidores en el mercado.