Datos. El sitio fue sede de un extenso latifundio dedicado al cultivo del algodón. Se construyó en 1821 y tuvo una ampliación en 1854. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Pasando los Puentes Cuates, frente a Sapioriz, en el municipio de Lerdo, se encuentra el entronque que lleva a la antigua e histórica Hacienda de La Loma, ubicada en la villa del mismo nombre. La construcción es bella, maciza, con gruesos muros de adobe y cimentación de piedra. Un sitio obligado para los visitantes que gusten de la historia, ya que aquí ocurrieron dos sucesos importantes para la región y el país.
El primero fue que en 1863, durante la Intervención Francesa, el entonces presidente de México, don Benito Juárez, se hospedó en la hacienda. En esa travesía se atrevió a cruzar país en un austero carruaje, cuando su presidencia en la capital corría peligro.
El segundo hecho ocurrido se remonta al 29 de septiembre de 1913. Fue en la época de la Revolución Mexicana. En la hacienda, las tropas revolucionarias, encabezadas por varios generales conocidos como los Dorados o la División del Norte, decidieron darle el nombramiento en jefe a Francisco Villa.
Entre esos generales se encontraban Juan N. Medina, Juan E. García, Toribio Ortega, Tomás Urbina, Maclovio Herrera, Calixto Contreras, Benjamín Yuriar, Eugenio Aguirre Benavides, José Rodríguez, Blas Flores, Manuel Medinaveitia y el propio Villa. Viendo la necesidad de luchar organizados y fusionar fuerzas bajo un solo mando, decidieron nombrar general al Centauro del Norte.
FUNDADORES ESPAÑOLES
Actualmente, el encargado de la hacienda es el señor Beto Antúnez (hijo). Amable y cordial con los visitantes, tiene toda la paciencia en narrar la historia de este inmueble, el cual fue propiedad del español José Garde, oriundo de Uztarroz, Navarra, quien nació en 1828 y murió en la Hacienda de La Loma en 1901. Don José está enterrado en la capilla adjunta a la casa grande. Sus padres fueron Anselmo Garde y Brigida Arriaga.
También en la capilla está sepultado su hermano, Gracián Garde, nacido en Uztarroz, en 1837, y fallecido en Lerdo, en 1901. En esa época los hermanos Garde nombraron al lugar Hacienda de la Santísima Trinidad de la Labor de España.
El sitio fue sede de un extenso latifundio dedicado al cultivo del algodón. Se construyó en 1821 y tuvo una ampliación en 1854, por eso hay un segundo patio. En épocas de riego, a sólo unos metros se puede escuchar el caudaloso e importante río Nazas. Hasta ahora, es misterioso e inexplicable, que ambos hermanos, José y Gracían hayan fallecido en 1901. ¿Qué ocurrió ese año en La Loma?
LA MEMORIA DE DON BETO ANTÚNEZ PADRE
El actual encargado del museo, es Beto Antúnez, hijo de don Beto Antúnez (q.e.p.d.), quien estuvo al cuidado del museo hasta su muerte. Es gratificante encontrar que la tradición de preservar la Hacienda se heredó de padre a hijo. Ambos son oriundos de La Loma, conocidos y respetados en su terruño por su gran labor.
La hacienda es una propiedad particular (su dueña radica en Nuevo León), pero afortunadamente, el Ayuntamiento de Lerdo se encarga de su preservación, conservación, difusión y paga el sueldo de Beto Antúnez
Hace muchos años, allá por 2005 tuve la oportunidad de conocer y platicar con don Beto padre, cuando fui con mis amigos el arquitecto y pintor Gustavo Montes, Verónica Ramírez, el artista plástico Philippe Poupet, entre otros acompañantes. También en 2001, Gilles Guey, entonces director de la Alianza Francesa de Torreón, organizó un concierto de unos cantantes a capela, oriundos de la isla de Córcega, quienes en una noche mágica nos deleitaron son sus voces, recuerdo Bella ciao entre esas canciones.
También los Cardencheros de Sapioriz han cantado en la antigua hacienda, deleitando a los oyentes con sus cantos del desierto, la melancolía y el campo.
Este año regresé con el arquitecto Tomás Galván, Edgar Bassoco y otras personas que nos acompañaron a recorrer el lugar. Tuve la agradable sorpresa de ver la hacienda más conservada respecto a cómo la recordaba de antaño. Disfruté contemplando los muros enjarrados en blanco y los arcos que hacen del espacio un lugar arquitectónicamente armónico, una joya en nuestro desierto lagunero.
SALAS DE EXHIBICIÓN
En la Hacienda de La Loma se puede encontrar una colección de banderas y estandartes de la época revolucionaria, así como un bello mural hecho por Zamora en 2009, donde aparece plasmado don Beto Antúnez padre.
En las otras salas hay fotografías y billetes antiguos. Una está dedicada a fotografías de Francisco Villa. Hay dos patios con jardines frescos donde se respira la tranquilidad y armonía del campo.
Por último, existe una representación de una tienda de raya de la época del Porfiriato, con jabones, sombreros, piloncillo, maíz, telas y los escasos artículos que los peones de la hacienda tenían acceso en su vida cotidiana, dedicados a trabajar de sol a sol.
No obstante, sería oportuno actualizar, embellecer, enriquecer y ampliar las cédulas informativas.
GRANDES HACIENDAS
En el Porfiriato, la región lagunera de Durango supo aprovechar el algodón y el cruce de trenes para convertirse en un importante eje de la economía porfirista, compitiendo con la capital de Durango, e incluso llegando a superarla en importancia.
Destacan entre los hacendados Santiago Lavín, Juan Manuel Flores y Ramón Luján, dueños de gran parte del noreste duranguense. A la postre, Santiago Lavín fundó la ciudad de Gómez Palacio, aunque también es importante mencionar a los siguientes terratenientes: Arriaga, Garde, Cobián, Tarín, Torres Saldaña. Las haciendas fueron el pilar que sostuvo a la economía de mediados y finales del siglo XIX.
SEGUNDA CASA EN RUINAS, URGE RESCATE
Frente a la hacienda, se encuentra una imponente construcción de adobe con cimentación de piedra, la cual fue casa del hijo de José Garde, pero el hijo sólo vivió ahí 6 meses y se fue a España. Esta casa se convirtió en la tienda de raya de la hacienda y actualmente se está cayendo. Es propiedad privada y es urgente consolidarla, pues presenta sumas afectaciones en muros y techos; sólo podrá sobrevivir unos meses antes de colapsar.
En Torreón y Gómez Palacio abundan estudiantes de arquitectura, quienes podrían acercarse al Ayuntamiento de Lerdo para iniciar este rescate, antes de que sea demasiado tarde.
En caso de ser rescatado, este edificio se convertiría en un atractivo más en la Villa de la Loma. Entre sus usos, podría ser un restaurante típico o un salón de fiestas para disfrute de los pobladores.