Array Además, los consumidores exigirán mayor transparencia en la producción, impulsando el uso de certificaciones ecológicas y trazabilidad en las prendas. El minimalismo funcional ganará terreno, promoviendo la compra de piezas atemporales y versátiles en lugar de la moda circular.
La inteligencia artificial ha transformado la industria de la moda en los últimos años, optimizando procesos, mejorando la experiencia del consumidor y ofreciendo nuevas formas de diseño y producción. Desde algoritmos que predicen tendencias hasta asistentes virtuales para compras personalizadas, la tecnología se ha convertido en una herramienta clave para diseñadores, marcas y consumidores.
Gracias a su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos, la inteligencia artificial ha identificado tres grandes tendencias que definirán el estilo del 2025:
La sostenibilidad seguirá siendo una prioridad, pero en 2025 evolucionará hacia un enfoque regenerativo. Según la IA, las marcas apostarán por materiales biodegradables y producción circular, buscando no solo reducir el impacto ambiental, sino revertirlo. Entre las innovaciones destacan el cuero vegano a base de hongos y fibras textiles obtenidas de algas.
Además, los consumidores exigirán mayor transparencia en la producción, impulsando el uso de certificaciones ecológicas y trazabilidad en las prendas. El minimalismo funcional ganará terreno, promoviendo la compra de piezas atemporales y versátiles en lugar de la moda circular.
La digitalización transformará la vestimenta con textiles inteligentes y prendas interactivas. Se espera que la ropa incorpore sensores para regular la temperatura corporal, medir signos vitales o cambiar de color según la luz y el movimiento. Asimismo, la moda digital cobrará mayor relevancia con el auge del metaverso y las prendas NFT. Los usuarios podrán personalizar su apariencia en espacios virtuales sin generar impacto ambiental, marcando una nueva era en la relación entre moda e identidad digital.
El 2025 traerá consigo una fusión entre lo vintage y lo futurista. Elementos inspirados en las décadas de los 60, 80 y 2000 se combinarán con materiales tecnológicos y cortes modernos. Las plataformas altas, estampados psicodélicos y accesorios metálicos dominarán la moda urbana, mientras que el "old money aesthetic", con prendas elegantes y de alta calidad, responderá a la demanda de sofisticación atemporal.
