
El Siglo de Torreón / Ramón Sotomayor
Quienes asisten constantemente a los conciertos de la Camerata de Coahuila no solo son amantes de la música, son parte de una comunidad que valora el arte, la emoción y la belleza que solo la música en vivo puede ofrecer.
Se saludan, se reconocen, comparten miradas de complicidad al final de cada pieza. Son testigos del talento, del esfuerzo y de la magia que se crea cada noche. Ir a la Camerata no es solo un plan, es una costumbre llena de significado.