El pasado miércoles 2 de abril se dio a conocer el esperado anuncio de las tarifas arancelarias de los Estados Unidos al resto del mundo. Para sorpresa de varios, México no estuvo incluido en la enorme lista negra. No obstante, como respuesta al complejo y cambiante entorno internacional, se siguen afinando las estrategias internas para fortalecer la economía nacional.
El “nuevo” Plan México arroja más luz sobre algunos temas importantes, como la inversión en algunos sectores y el empelo que se estima generar a partir de estas acciones. Como se ha insistido desde este espacio, el aumento de la inversión productiva es la primera condición que se debe cumplir para dinamizar una economía ya que es el factor que impulsa la demanda agregada y con ello el crecimiento económico en el corto plazo. El incremento de la demanda, producto de la inversión, se da a partir de dos rutas. La primera es consecuencia del incremento de la productividad, lo que conlleva a un mayor salario del trabajador. Esto es, una mayor producción por parte del trabajador conlleva un mayor ingreso, parte del cual se traduce en consumo. La segunda vía es cuando se instalan nuevas empresas o éstas se expanden, lo que consecuentemente aumenta el número de puestos de trabajo vacantes. Ambos caminos llevan a incrementar los recursos de que disponen las familias para demandar una mayor cantidad de bienes y servicios e impulsar el crecimiento de la economía.
En línea con lo anterior, el gobierno federal ha relanzado el Plan México con mayor detalle y algunos añadidos. En materia de inversión en obra pública, que incluye carreteras, puertos, aeropuertos y trenes, el gobierno calcula que se pueden generar entre 500 mil y un millón de empleos formales en el presente año. La cantidad de empleos puede ser alta o baja dependiendo con el periodo que se compare. De acuerdo con cifras del tercer trimestre del INEGI, de 2022 a 2023 se crearon poco más de un millón de empleos formales, mientras que de 2023 a 2024 la cifra disminuyó significativamente a 226 mil puestos de trabajo en el sector formal (se suele utilizar el tercer trimestre para disminuir sesgos por estacionalidad).
Por otro lado, el compromiso de construir en este año 180 mil viviendas con recursos del INFONAVIT estaría creando otros 400 mil empleos directos. A su vez, el sector privado ha ofrecido una bolsa de trabajo de 100 mil empleos que serán ofertados en las 32 entidades del país, con el apoyo y asesoramiento de las 167 oficinas del Sistema Nacional de Empleo. Aunado a todo lo anterior, el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro tendrá espacio para otorgar apoyos a 450 mil jóvenes que deseen capacitarse en algún centro de trabajo durante el 2025.
Asimismo, la tasa de referencia del Banco de México se mantiene relativamente baja lo que abarata y facilita el acceso al crédito por parte de las empresas, aunado al programa de financiamiento del gobierno federal enfocado en las micro, pequeñas y medianas empresas.
Paradójicamente, un contexto global tan complicado está propiciando al mismo tiempo ventajas económicas y comerciales para México, incluso, el país vuelve a ser un lugar atractivo para la relocalización de capitales extranjeros, debido a su posición comparativamente superior tanto por el tema arancelario, como por la cercanía al mercado estadounidense.
Lo que hasta hace unos días parecía ser una cuesta muy pesada de subir se ha convertido en un escenario de oportunidad que por ningún motivo nos podemos dar el lujo de desaprovechar. En palabras del escritor inglés, William Ward, “Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde”. Que el alba no se nos convierta en ocaso. Ojalá.
Dr. Mauro Soto Rubio
Investigador y consultor en economía y políticas públicas