Lo que necesitamos atender al asomarnos al estado actual de la sociedad mexicana es si es o no productiva como tal. Lo anterior significa conocer si la suma de esfuerzos en la industria, la agricultura y el sector servicios es suficiente como para satisfacer las necesidades del país como tal.
En efecto, la actualidad de la economía nacional es que importamos una cantidad en exceso de lo necesario si la sociedad fuese socioeconómicamente productiva. Esta situación no se ha dado en México desde hace muchos años en virtud de que el conjunto de actividades del país no ha sido lo suficientemente variada ni voluminosa como para satisfacer la demanda conjunta de la población que actualmente es de 131 millones de mexicanos cuyas necesidades las satisfacen tanto con los artículos y servicios que se producen aquí, como también con los productos que se importan, cuya cantidad es muy superior a la capacidad de exportación que tiene nuestro país.
La exportación que vendemos en los mercados internacionales se transforma en los ingresos necesarios de lo que importamos. El hecho está en que para que el país sea autosustentable requiere aumentar de manera significativa tanto su producción agrícola e industrial como los servicios del sector terciario que ha cobrado gran importancia dentro de las cuentas del intercambio comercial internacional.
La cantidad de productos agrícolas tanto frescos como procesados que son importados regularmente, resulta impresionantemente superior a lo que debiera esperarse. Aumentar la producción no sólo de cereales donde la importación de México todavía es impresionante, sino también de frutas y legumbres, resulta ser un elemento que requiere ser surtido por el campo. A este sector se añade el impresionante volumen de productos procesados en forma de enlatados o embotellados de frutas y legumbres que llegan a nuestro mercado interno.
En lo que a la industria se refiere, la actividad manufacturera es la prevaleciente destacándose muy particularmente el sector automotor, que figura como una proporción predominante en las ventas al exterior. La proporción de partes y ensambles para la industria automotriz es significativa, pero de ninguna manera superior a las demás manufacturas de los demás sectores industriales.
Las exportaciones industriales junto con las de la agricultura siguen formando parte creciente de la balanza comercial nacional que como se advierte en las estadísticas respectivas, está siendo cada vez más complementada por los servicios del sector terciario. Hay quienes consideran que como sucede en otros países, este sector llegará a ser el principal componente de nuestro intercambio internacional.
La descripción anterior señala la razón por la cual en términos absolutos el total de nuestro intercambio comercial arroja un déficit constante. Los acuerdos comerciales que hemos suscrito no aportan, salvo en el caso específico del T-MEC con Estados Unidos y Canadá, una solución que equilibre nuestro comercio. Por el contrario, hay un espacio notorio de acuerdos comerciales que más bien inducen a mayor importación que a equilibrar nuestra balanza total.
La tarea consiste en asegurar que el mayor número de los acuerdos comerciales que firmemos con otros países estén diseñados y ejecutados de manera de arrojar saldos positivos. Sólo entonces tenemos la posibilidad de mantener una balanza comercial sana, dentro de un margen tolerable y predecible.
El que México no cuente con un comercio exterior así equilibrado, constituye la debilidad que en la coyuntura actual nos somete a decisiones ajenas, particularmente a los Estados Unidos.
El caso que vivimos en que la salud del comercio exterior dependa del nivel de aranceles aplicados por los Estados Unidos, demuestra el abandono en que ha quedado el comercio exterior de nuestro país como factor que, debidamente manejado, podría determinar el equilibrio socioeconómico de todo México.