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LOS MALESTARES QUE ME AQUEJAN

JUAN RECAREDO.-

Para aliviar los malestares, muchas veces recurrimos a los clásicos remedios caseros. No sé cómo, pero las abuelas tenían -y tienen- siempre un remedio a la mano para aliviar, en calidad de urgente, esos dolores angustiosos que nos aquejan, o de plano, para no tener que pagar un doctor.

Por supuesto que, si se trata de alguna enfermedad, lo que debemos de hacer es ir con el médico, cobre lo que cobre, pero las curaciones existen y son parte de nuestra cultura y folclor. Por eso, me parece interesante revisar algunos de estos remedios que son tan nuestros… Pero eso sí: no le garantizo que todos funcionen, porque muchos no los he probado. Lo que pretendo es nada más darlos a conocer como una curiosidad cultural. ¡Pues ni que fuera yo doctor… o curandero!

No me pregunte usted cómo es que funciona, pero si trae una inflamación, caliente una tortilla y así, recién salida del comal, póngasela en la parte afectada. El alivio llega rápidamente… ¿por qué? No lo sé, probablemente sea por el calor, pero inténtenlo y verá que se le baja el malestar.

¿Sufre usted de várices, tiene artritis o el dolor de la ciática le produce desasosiego? No se preocupe, cómase un elotito y, al final, ponga a tatemar -es decir, a tostar o asar- el olote y ya que esté tibio, se lo pasa por las zonas afectadas, además de las manos y los pies. Pero tiene que estar tatemado, ¿eh? Nada de meterlo al horno, porque si no, pierde sus propiedades curadoras… bueno, eso dicen.

Cuando las abuelas olían el tremendo hedor que emanaba de los calcetines de los chamacos después de que les sudaban "las patrullas", les gritaban tapándose la nariz: "¡Ora niño! ¡Están buenos los champiñones!" Obviamente se referían a los hongos de los pies que hacen que los pies apesten muy feo, pero ellas, de inmediato y como si fueran a eliminar a un vampiro, sacaban la ristra de los ajos y maceraban -o sea, ablandaban- doce dientes de esta especie, los mezclaban con manteca vegetal y formaban una pasta que luego le embarraban con desenfreno a los muchachos entre los dedos de sus pies. Tras unas cuantas aplicaciones, el remedio funcionaba… y los calcetines, esos sí, iban para la basura.

¿Le aqueja la jaqueca? Le recomiendo unos chiqueadores, y antes de que alguien se imagine alguna otra cosa, le diré que son hojitas de menta o hierbabuena que se pegan con saliva en las sienes, y así se le quita el dolor de cabeza.

Así hay miles y miles de remedios que podemos nombrar y que cambian un poco según la región en la que se esté. Algunos son muy efectivos, otros son curiosos… nada más que, si los va a aplicar, le recomiendo que lo haga cuidadosamente y con sentido común.

No le vaya a salir peor el remedio que la enfermedad.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y [email protected] X: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA Horacio Zamarripa: ¿Es correcto usar la palabra performance en español? Porque creo que es del inglés.

LE RESPONDO: Sí se puede usar, aunque es un anglicismo que tiene sus equivalentes en el español. La Academia Española recomienda sustituirla por "rendimiento" cuando significa "resultado del esfuerzo invertido"; con el sentido de actuación o interpretar un papel o pieza musical, recomienda mejor usar "actuación" o "interpretación".

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Los remedios infalibles contra la adversidad son la paciencia y la esperanza.

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