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Las palabras tienen la palabra

Respetamos a la muerte

JUAN RECAREDO.-

Hace como unos mil años — sin exagerar— el Papa Gregorio IV dijo: “Ya es tiempo de que dediquemos un día a recordar y a honrar especialmente a los fieles difuntos” y se dio de inmediato a la tarea de instituirlo.

En México, más tardamos en agarrar la idea que en convertirla en una fiesta del Día de los muertos, donde la verdad es que sí se recuerda al que ya colgó los tenis —dicho con todo respeto— pero todo se envuelve en un ambiente de jolgorio y de festejo. El mundo de la muerte y los ritos mortuorios nos brinda un rico léxico, es decir, una gran cantidad de palabras que en nuestra vida diaria ni nos imaginamos que tienen antecedentes mortales, que son como los antecedentes penales, pero más graves aún.

Por lo pronto, la palabra “muerte” está relacionada en sus orígenes desde luego con el verbo “morir”, con murder que en inglés equivale a asesinato y también con “morbo” que es enfermedad… eso explica que a veces se encuentra uno a un tipo muy morboso y juzga uno que está “enfermo de la cabeza” porque solamente está pensando en “aquello”.

La “mortaja” es proveniente del latín “mortualia” que se sobreentiende como la vestimenta porque es la sábana o cualquier otro vestido con que se envuelve el cadáver. Mientras tanto, mortal se refiere a la condición de lo que tarde o temprano ha de morir.

Mortífero es lo que causa la muerte y mortificar es ir causando la muerte poco a poco a base de sobresaltos o “mortificaciones” que son preocupaciones o alteraciones consecutivas que acaban por minar la salud del que las tiene. 

Mortecino es lo que está bajo de intensidad, apagado o sin vigor. Mortinato no es palabra muy conocida, pero se refiere al niño que nace muerto.

La sepultura y el sepulcro no deben confundirse. La sepultura es la fosa, el pozo en donde se entierra el cadáver y el sepulcro es una obra levantada del suelo para honrar la memoria del muertito.

La caja en que se coloca el cadáver es el ataúd. Esta palabra proviene del árabe atabut y, cuando el ataúd tiene asas y otros salientes para sostenerlo, entonces es un féretro, vocablo derivado de la raíz latina ferres que significa “llevar” porque esos aditamentos están ahí para que el ataúd pueda llevarse con mayor facilidad que si no los tuviera.

Lo luctuoso es lo relativo al luto y luto proviene del latín luctus que está relacionado con el llanto… y ya dejo el tema porque cuando pienso que me tengo que morir, me dan ganas de morirme y la ansiedad y la incertidumbre me matan. 

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected] X: @donjuanrecaredo. 

ME PREGUNTA Martín Gómez: El nombre María Hernández de De la Fuente, el segundo ‘De’ se escribe la inicial con mayúscula, pero al decir María de Anda de Hernández, ¿cómo se escriben las ‘de’? 

LE RESPONDO: Si es parte del apellido, se escribe con mayúscula: María Hernández de De la Fuente, porque De la Fuente es el apellido del marido. En el otro caso sería: María De Anda de Hernández.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: El hombre es un animal político. El político —a veces— es un animal con algunas características de ser humano.

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