Las rumberas —mujeres que bailaban la rumba— son cosa del pasado. Pero, ¿qué es la rumba? Es un baile popular de raíces afrocubanas acompañado por instrumentos de percusión como timbales, congas y bongós, cuyo ritmo invita a bailar, a “mover el bote”.
Se le dice rumba tanto a la música como al baile, y cuando estas dos cosas empiezan a escucharse, se arma la pachanga, el ambiente sabroso al que también se le llama rumba, o sea, que a la fiesta misma se le llama así, sobre todo en países como Venezuela, Perú, El Salvador y más. Algunos dicen que dentro del significado original de la palabra rumba ya está el concepto de fiesta colectiva o reunión; otros dicen que es un término que se originó en España, utilizado para calificar a las mujeres que se dedicaban a la prostitución, porque según decían, eran “mujeres con rumbo”, o sea, que se paseaban de un lado a otro.
Eso nos hace pensar en la palabra “rumbo” y cómo surgió. Resulta que la raíz en latín que tienen en común estas palabras es rhombus, de donde se deriva “rombo”, que es esta figura que tiene sus lados iguales, pero que dos de sus ángulos son mayores que los otros dos. El rombo era una forma común de los aparatos que usaban los marineros —incluso las brújulas— para trazar la trayectoria a seguir y de esa manera, según dicen algunos expertos, es como la palabra “rumbo” tomó su significado de “dirección”. Si caminas “sin un rumbo fijo”, quiere decir que no tienes idea de a dónde vas y a dónde quieres llegar, o sea que nada más avanzas así “a lo loco”. La palabra rumbo también se usa coloquialmente para designar a aquello que es muy ostentoso y costoso, y en Colombia, incluso le llaman “rumbo” al colibrí… pues esa no me la sabía, fíjese.
Si algo está haciendo un ruido fuerte y continuo, se dice que está rumbando, aunque en muchas partes de México, llamamos a este molesto ruido como un “rumbido”. “Llevé el coche con el mecánico hoy porque traía un rumbido en las llantas…” o sea que el vehículo estaba haciendo un ruido continuo que ya traía semanas de producirse a diario, pero, como siempre pasa, en el momento en que el mecánico se sube al carro para probarlo, el dichoso sonido desaparece como por arte de magia y no aparece de nuevo hasta que el mecánico se baja y uno ya se alejó al menos tres kilómetros del taller.
Esa vieja televisión ya no funciona, pero como ya no conviene arreglarla, no la tiramos a la basura o la mandamos a reciclar como deberíamos, sino que la arrumbamos por ahí, en una esquina de la casa; ese es el significado de “arrumbar”: poner en un lugar apartado algo que ya no sirve. Y cuando alguien ya nos desesperó por algo que hizo y queremos que se vaya, le decimos que “ya le rumbe”, un significado que no lo incluye el diccionario, pero que definitivamente se usa mucho, al menos en la parte norte de nuestro rumboso país. Por cierto, rumboso es algo “pomposo y magnífico”.
Y antes de que alguien se canse de toda esta rumba, mejor le “rumbo”, o sea que me retiro por hoy y me despido de usted.
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ME PREGUNTA Sofía Pedraza: “Si estamos varias personas juntas y todos nos desmayamos, luego despertamos y ¿cómo se dice?, ¿“volvimos en sí”?
LE RESPONDO: Si una persona recupera el sentido, ella dice: “volví en sí” y si varias personas recuperan el sentido, ellas dicen: “volvimos en nosotros”.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Cuando al fin encontré el sentido de la vida, me di cuenta de que era para el otro lado.