">

Cultura Cultura Exposiciones Teatro

Palabracaidista

Loa a la tierra: un viaje al jardín

RUTH CASTRO

Ubico a Byung-Chul Han como el filósofo surcoreano que escribe sobre el malestar contemporáneo, desde los efectos del capitalismo tardío, la hiperconectividad y la autoexplotación, rasgos que ya de por sí me interesan de manera personal para intentar comprender el tiempo en que nos toca vivir. 

Lo había leído en pequeños ensayos reflexivos, en un tono que me es agradable porque, a diferencia de otros textos de filósofos contemporáneos, Han escribe desde una sencillez que se asemeja a textos budistas, tan “simples” como profundos.

Hace días encontré un libro de él que no recordaba —y que no había leído—, menos usual que el resto, en el que introduce diciendo que va a contar sobre los tres años que cuidó, sistemática y tenazmente, su propio jardín en Berlín. Se titula Loa a la tierra: un viaje al jardín.

Es un libro bellísimo, no sólo por sus ilustraciones botánicas, sino porque su escritura se vuelve pausada y sensorial, en reflexiones íntimas y poéticas sobre el trabajo de jardinería, ese quehacer diario que para él se convierte en una especie de meditación silenciosa, en la que el tiempo se percibe más lento, y nace (o se recobra) un respeto por la tierra y por su “embriagadora belleza”.

Ha resultado como leer un diario de contemplación, en el que Han evoca, de manera casi mística, imágenes y emociones: el aroma de la tierra húmeda; la fragilidad de una flor, su colores, formas y texturas; la fortaleza de las plantas que florean en invierno; el paso del tiempo en las estaciones. En cada uno de estos breves ensayos teje relaciones con referencias musicales, con escenas de libros, con citas literarias, y sobre todo, con reflexiones que van apareciendo como epifanías.

No puede dejar de lado su formación filosófica, así que su jardín termina siendo un espacio del que surgen silogismos que deducen las implicaciones de la desconexión de los seres humanos con la naturaleza y la urgencia de establecer una relación armoniosa con el entorno:

“Este mundo digital no conoce la temperatura, dolor ni cuerpo. Pero el jardín es rico en sensibilidad y materialidad. Contiene mucho más mundo que la pantalla del ordenador. […] Cada planta tiene su propio tiempo específico […] La espera incierta, la paciencia necesaria, el lento crecimiento, engendran un sentido especial del tiempo”.

La manera en que Han se distancia de la aceleración tecnológica y la digitalización de la vida, y propone en su lugar un retorno a la lentitud, a lo táctil, a lo que solo puede experimentarse a través del cuerpo y los sentidos, se siente como un manifiesto en favor de una existencia más arraigada, más consciente y menos alienada. Con este libro nos recuerda que el pensamiento no solo habita en la abstracción y la teoría, sino también en la práctica, en el acto de sembrar, en el tiempo que toma observar una flor, y en la humildad de cuidar lo que crece.

Leer más de Cultura

Escrito en: Byung-Chul Han Filosofía tierra

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Cultura

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2372722

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx