
Su lucha, no solo es por sus hijos, sino por la esperanza de que los rostros y nombres de desaparecidos lleguen a alguna persona que pueda tener alguna pista. (EL SIGLO DE DURANGO)
En Durango, un grupo de madres, hermanas, hijas, esposas y familiares de personas desaparecidas camina por el mismo sendero de la desesperación y una búsqueda incansable por encontrar a sus seres queridos. Al menos 50 personas conforman los grupos de Madres Buscadoras en la entidad, que con el respaldo de otros colectivos de diferentes estados, como Sonora y Jalisco, se han coordinado para realizar búsquedas bajo sus propios medios y riesgos.
Su lucha, no solo es por sus hijos, sino por la esperanza de que los rostros y nombres de desaparecidos lleguen a alguna persona que pueda tener alguna pista, pero sobre todo para que más casos así no se presenten.
Van en grupo porque creen fielmente que "la unión hace la fuerza", aunque algunas están al frente y otras detrás (porque todavía les da miedo hablar, ya sea en entrevistas o en las reuniones con el comisionado de personas desaparecidas o las autoridades), pero todas tienen el mismo objetivo: encontrar a su familiar "como sea".
Sus métodos van desde los tradicionales con lonas, carteles y fotografías colocadas en diferentes lugares, publicaciones en redes sociales, en grupos, la denuncia en Fiscalía, hasta búsquedas de manera personal ya sea en Semefo, domicilios, terrenos, montes y basureros, incluso en otros estados.
No buscan culpables, solo quieren el regreso de sus hijos de cualquier manera, porque ellas no viven, sobreviven.
LAURA
Laura, una de las madres buscadoras que integra el grupo y de las pocas que se atreve a dar entrevistas, comentó para El Siglo de Durango: "Buscamos en todos lados".
"Mi hijo Luis Humberto Valdelamar Bustamante desapareció el 19 de febrero de 2021 en Mazatlán. En ese momento tenía 30 años, ya van cuatro años como desaparecido. Hasta el momento, la respuesta de las autoridades es nula, de hecho, las investigaciones que se encuentran dentro del expediente las hemos hecho como grupo de madres buscadoras, como hormigas andamos haciendo las investigaciones, porque si nosotros no los buscamos, nadie los va a buscar por nosotras".
Sabe lo que es perder la esperanza, pero no sabe lo que es rendirse, no ha dejado de buscar a su hijo y no lo hará hasta que lo encuentre.
Laura ha recorrido Mazatlán siguiendo los pocos rastros que ha podido obtener. Ha recorrido varias veces la ciudad con la esperanza de recibir alguna pista que le permita finalmente reunirse con su hijo. "Si alguien sabe algo, por favor que lo diga. Si ya no está con vida, al menos que nos digan dónde lo dejaron. Nosotras vamos por él", dice casi a punto del llanto.
GUADALUPE

El sufrimiento de Guadalupe también ha sido largo. Su hijo, Brayan Gerardo Luevano Molina, desapareció el 18 de octubre de 2021, cuando tenía 16 años, los cumplió el 3 de octubre y para el 18 lo levantaron.
"A mi hijo lo levantaron el 18 de octubre de 2021, y logró hablar conmigo por mensaje todavía el día 4 de enero de 2022, pero para el 28 de enero me habló otra persona para decirme que lo habían matado", recuerda Guadalupe. Desde entonces, ha recibido llamadas de extorsión a cambio de darle, supuestamente, información de dónde está su hijo.
"Se lo llevaron, ahorita tuviera 19, espero en Dios que sí tenga 19 años", dice con un nudo en la garganta.
El reporte de desaparición lo hizo ante las autoridades en marzo de 2022, después de que ya no tuvo ninguna comunicación con Bryan y luego de que nuevamente una persona se comunicó con ella para decirle que fuera a recoger el cuerpo, pero nunca le dijo dónde.
Los indicios de la investigación la llevaron a Zacatecas: "Nosotros fuimos hasta Zacatecas, a Fresnillo y a varios ranchitos de allá, pero uno no sabe ni moverse, pero de ahí mismo nos movían, pero nunca lo encontramos".
"El licenciado de Zacatecas me dijo: una seña en particular, un tatuaje o una perforación. Le dije, 'Oiga, él estaba en la secundaria, ¿usted cree que le iban a permitir entrar así?'. Y me dijo muy descaradamente: 'Es que me la pone difícil, todos los que vienen aquí traen tatuajes y todo, ¿cómo vamos a encontrar a su hijo?'".
En la búsqueda en el estado vecino, se dio cuenta de que había otras madres buscando a sus hijos, no solo jóvenes de 16 años, sino algunos hasta más chicos, de 14 y 12 años. "Tampoco los encontraban", recuerda.
"Necesitamos encontrarlos de la manera que sea, eso nos va a dar calma. Nos servirá para estar en paz, mínimo ver su cuerpo. Si está vivo o no, hasta no ver su cuerpo no podemos resignarnos a que ya no está. (...) Siempre escuchamos que si los mataron, quemaron o los hicieron pedazos, nos llega mucha información que nos duele".
"Tengo el teléfono de la persona que busca a las personas allá, tienen comunicación con Fiscalía de Zacatecas y con la Fiscalía de Durango, pero tanto allá como aquí siempre dicen 'no hay nada'. Yo hablo y hablo y a veces ya no me contestan".
Guadalupe sufre ansiedad y depresión, lo que no le permite tomar un trabajo de jornada completa o de planta, porque a veces tampoco puede salir de su casa. Tiene cuatro hijos, dos mayores que Bryan y una niña menor.
"La mayoría estamos con medicamentos para vivir el día, porque el dolor está ahí, todo a raíz de lo que pasó y porque no sentimos apoyo de ninguna autoridad".
GEMMA

Gemma busca a su padre José Héctor Salas, lleva 15 años haciendo todo lo posible por encontrarlo. Su padre desapareció en 2010, cuando la violencia azotaba con fuerza en el estado. Aunque en su momento esperaban una llamada solicitando un rescate, nunca hubo nada. La denuncia fue interpuesta en la Fiscalía General del Estado y la carpeta sigue abierta sin avances.
No se recibió ningún tipo de llamada, ni por secuestro, extorsión o amenaza. La familia tampoco tienen alguna sospecha de lo que ocurrió. Pero, ¿quién se lo llevó?, ¿qué le pasó?, ¿dónde está?, ¿por qué se lo llevaron?", son cuestiones que todavía se siguen haciendo todos los días.
"Nosotros somos de El Mezquital, pero mi papá estaba construyendo una casa aquí. Lo último que supimos por un ayudante del albañil fue que mi papá y el albañil se fueron a comprar una herramienta que les faltaba y ya no volvieron. Al principio, buscamos por nuestra cuenta en hospitales, en el Cereso, en varios lugares, pero nada".
A través de las redes sociales siguen compartiendo sus datos, pero también sale a investigar en campo, sobre todo en los lugares donde les dicen que llevaban a los secuestrados. También cada vez que se reporta un cuerpo o restos por la Fiscalía, van a preguntar si es su papá. Sobre la búsqueda en campo por el trabajo no puede hacerlo todo el tiempo, además de que ya tiene a su propia familia que cuidar.
"Nos han dicho mucho que ya lo demos por muerto, pero realmente no se puede, quien no lo ha vivido no lo puede entender. Aunque sinceramente, a estas alturas, yo creo que mi papá ya no está, pero no lo tengo, entonces así sea un hueso, yo quiero encontrar algo, algo que me diga que se fue, pero a la vez, que aquí está".
Recuerda que su papá era muy amoroso, presente, siempre pendiente de la familia. "Nos dio todo lo que pudo, una infancia bonita y feliz. Siempre nos hizo sentir seguros de que nada nos iba a pasar", añadió.
"Ojalá nunca les pase algo así, porque es la muerte en vida. Porque de verdad que a veces sientes que te vas a morir, pero no te mueres, es que no te duele el cuerpo, te duele el alma".
FERMINA
Fermina aún recuerda el 22 de agosto de 2021 como si fuera ayer. Ese día, su hijo Jesús Marcos Méndez Coronado fue privado de su libertad. Testigos confirmaron que lo sacaron de un carro frente a Paseo Durango.
"Es mi hijo y se llama Jesús Marcos Méndez Coronado, él fue privado de su libertad el 22 de agosto de 2021. Hubo testigos de dónde fue privado de su libertad. Él no se fue por su propia voluntad, se lo quitaron a mi esposo del carro, fue enfrente de Paseo de la gasolinera que está ahí", expresa sobre los hechos.
Hasta la fecha no han recibido amenazas ni llamadas, no saben nada de él, tampoco las autoridades tienen información, a pesar de que sí hay sospechas de quién se lo pudo haber llevado, incluso se dieron fotos y un nombre a las autoridades. Sobre la investigación se les informó que todas sus huellas y ADN se iban a mandar a los estados de alrededor para ver si se detectaba en algún lugar.
Antes de su "levantón" por hombres encapuchados vestidos todos de negro, había recibido una invitación por mensaje para un trabajo, pero "dijo que no", refiere su mamá.
Jesús tenía 23 años cuando se lo llevaron, actualmente debería tener 26. Tenía un bebé por nacer, que ahora ya tiene 3 años."Él no fumaba, no tomaba, su único error fue ser militar, porque sabía usar armas".