
Marie Curie, pionera en el reconocimiento de la mujer científica
Marie Curie no es la primer mujer en la ciencia, pero pocas dudas caben que es la que primero alcanzó, pese a todas las dificultades, un reconocimiento mundial que con el tiempo la han llevado a convertirse en un ícono cultural.
Nacida como Maria Salomea Skłodowska, en una familia numerosa. Sus primeros años los vivió en Polonia, en donde destacó como una estudiante de excelencia que, sin embargo, necesitó dejar Varsovia en 1891 porque las mujeres no podían estudiar la universidad de manera oficial. De esa manera llegó a París, en donde estaba su hermano, para ingresar a la Facultad de Ciencias de la Sorbona.
Es en la capital francesa en donde conoce a Pierre Curie, con quien se casaría y de quien adoptaría el apellido. Su trabajo en conjunto los llevó a encontrar dos elementos hasta entonces no identificados: el polonio y el radio. El impacto de sus investigación llevo a que fueran acreedores, junto a Henri Becquerel, del premio Nobel de Física en 1903. En este sentido, se considera que el comité sueco no quería incluir en el galardón a Marie, pero su esposo se negó a aceptarlo si no reconocían el trabajo invaluable que ella realizó. Y así, se convirtió en la primera mujer en conseguir el prestigioso galardón.
Marie era ya reconocida cuando en 1906 su esposo falleció. No cejó sus esfuerzos en investigación, además de llevar ahora la cátedra que tenía su pareja en la Universidad de París. Conjugó su trabajo con su labor de madre, y los avances alcanzados en la primera de estas facetas la llevó, de nuevo, a obtener el premio Nobel en 1911, ahora en la categoría de Física. De esta manera, también se convirtió en la primera persona en obtenerla dos veces, un grupo muy reducido hasta el día de hoy.
Entre los avances que permitió el trabajo de Curie está el uso de la radioactividad de la medicina, además de promover la igualdad de funciones en la ciencia, que por entonces no era un espacio que se abriera para las mujeres.