-Soy la excepción que confirma la regla.
Yo había aprendido en la secundaria que toda regla tiene su excepción, excepción hecha de la regla según la cual toda regla tiene su excepción, de modo que no me sorprendió la visita. Le pregunté:
-¿Podría usted decirme de cuál regla es la excepción?
Me contestó:
-Precisamente a eso vengo. A que usted me diga de qué excepción soy regla.
Supe entonces que mi visitante sufría confusión. Ignoraba si era excepción que confirma la regla o regla que tiene su excepción. Le pedí que me diera algunos días para estudiar su caso.
Siempre ha dado pronta respuesta a cuestiones como la que me presentó la regla que confirma la excepción. Pero ésta fue la excepción que confirma la regla.