La palabra fantasía viene del griego "Fantasos", hijo del sueño, encargado de producir las visiones mientras dormimos. De ahí se desprende la palabra "feno", que significa aparecer, mostrarse o manifestarse, de donde surge "fantasma" o "fenómeno". La Fantasía para piano coros y orquesta de Beethoven fue compuesta en 1808 y se basó en un poema de Christoph Kuffner, dedicada al rey Maximilian Joseph de Bavaria. Esta obra desde su estreno fue una fantasía. Originalmente fue presentada en un concierto a beneficio del mismo Beethoven en el Theater an der Wien conjuntamente con su Sexta Sinfonía y su concierto para piano No. 4 en donde el mismo Beethoven fungió como solista. La noche fue un completo desastre. Hacía mucho frío en Viena, lo cual generó que la audiencia no fuera la esperada, y en consecuencia lo recaudado no iba a cubrir siquiera los gastos de calefacción del teatro. Los cantantes estaban congelados y titiritaban a la hora de cantar. No hubo tiempo de ensayar la obra previamente, así que la orquesta tuvo muchos problemas para tocarla a primera vista, lo que generó que el público, también congelado, empezara a abandonar el teatro. Ante tantos errores, Beethoven tuvo que detener la interpretación a la mitad y volver a iniciar desde el principio entre gritos e improperios de él y de la orquesta. Ante esta pesadilla, surge un sueño impetuoso con una introducción enérgica con un solo de piano, como si se iniciara con la cadenza. Y es que Beethoven gustaba hacer variaciones improvisadas de cualquier tema. "Un tema, bonito, se le ocurre a cualquiera, pero hacer algo interesante con él, eso, sí que es un reto...", decía. Después de más de 3 minutos de improvisación, finalmente entró la orquesta. Momentos más tarde, Beethoven entra con Gegenliebe, "Amor a cambio" una canción de su autoría compuesta en su juventud. La melodía es sumamente sencilla e ingenua, pero como era de esperarse, nuevamente hace de ella la guía para una fuente de variaciones, haciéndola brillar intensamente. Acto seguido, Beethoven esboza un tema que utilizará años más tarde en el final de su 9ª Sinfonía. Definitivamente la Fantasía Coral es un trabajo preparatorio de su monumental 9ª Sinfonía. El final es muy interesante, pues inicia con una intrincada red de voces femeninas y masculinas generando una terrible turbulencia en un taciturno Do menor. Este caos se irá armonizando paulatinamente hasta llegar a un optimista C mayor, de la misma manera como lo hiciera en su 5ª Sinfonía.
El punto final es una consonancia inducida, como si quisiera decir que somos diferentes, pero que precisamente por nuestras diferencias estamos invitados a ser uno con el otro…, Esa es su Fantasía, ese es su sueño…, esa es nuestra tarea.Eso se llama espiritualidad… en un suspiro.