Nace en 1797 y muere en 1828. Sí, efectivamente tus cuentas son correctas… Schubert vivió tan solo 31 años. 31 años le fueron suficientes para encontrar la inmortalidad. Schubert fue el doceavo de 14 hijos, de los cuales solo 5 sobrevivieron. Su padre era director de escuela que estaba en su misma casa. Schubert era un hombrecito de 1.65 rechoncho apodado Schwamerl (gordito).
Hacia 1808 entra ya como soprano al coro de la capilla de la corte y en el Seminario Real e Imperial donde estudio. A sus 11 años, Franz ya llamaba poderosamente la atención. Era un niño inteligente y excelente músico. Muy buen pianista, violinista y ya compositor. Su maestro Wenzel Ruzika, en el Conservatorio decía: “A este, Dios mismo le ha enseñado”. Por su parte, Michael Holzer escribió: “Si yo deseaba enseñarle algo nuevo él ya lo sabía”. Tal era la capacidad del niño que llamó la atención de quizá el mejor maestro de composición de la época en Viena: Antonio Salieri. Schubert fue uno de los compositores más prolíficos de la historia con un legado de casi 1000 obras de gran calidad en tan sólo 31 años de vida: 600 lieder,música sacra, cuartetos, tríos y sinfonías son su legado.
Hay un documento que afirma que el primer movimiento de su décimo Cuarteto D.112, escrito entre el 5 y 13 de septiembre de 1814 lo escribió en apenas cuatro horas y media. Tenía un gran talento para transmitir sus ideas en música. 1815 fue su año más prolífico: 204 obras a sus 18 años de edad. Su música es romántica en el sentido estilístico, pero también lo es en el sentido moderno, pues es profundamente intensa e íntima, capaz de tocar el alma de cualquiera. Ahora bien, con todo lo anterior, pudiera pensarse que Schubert era muy famoso, bien remunerado y con cientos de encargos y propuestas…, ¡Nada de eso! Ni Viena ni el mundo estaban preparados para la música de Schubert. Llegó en el momento en que Viena, vivía la locura del fenómeno “Rossini” por un lado, y por otro, la gente se volcaba por el vals. Se dice que hacia 1820 en Viena, podían ubicarse hasta 1600 bailes en una sola noche. Su carácter tímido no le permitió abrirse paso entre la sociedad aristocrática de facto. Schubert tenía un grupo de amigos intelectuales, amantes de las bellas artes, con quienes organizaba las famosas Schubertiadas o bohemias. Imaginen una reunión: Los poetas: Johann Mayrhofer y Franz Grillparzer, el pintor: Moritz von Schwind, el compositor y director Franz Lachner, el cantante: Johann Vogl, un músico diletante llamado Franz von Schobert, y la soprano, Anna Milder.
Schubert rara vez tenía dinero. Se alojaba en casa de amigos y pasaba mucho tiempo en cafés. No le alcanzaba el dinero incluso para alquilar un piano, aunque no le era indispensable: “Me estorba pues me lleva a perder el hilo del pensamiento” Si necesitaba desde unos calcetines, hasta un piano lo encontraría en casa de sus amigos, entre los que se encontraban: Schwind y Edward von Bauernfeld… un grupo que se autodenominaba “los comunistas” y se llamaba así porque no había propiedad privada: Sombreros, zapatos, ropa, dinero… todo era propiedad común. Un ser así nunca sería reconocido en vida por una sociedad que se deleitaba más por la forma que por el fondo. Murió sin saber que sería el compositor más influyente del Romanticismo.
Vida breve pero un legado infinito en un suspiro.