La familia Fernández ha estado muy ligada a la Comarca Lagunera desde hace décadas por tantos conciertos que dio en vida Don Vicente y por los de su hijo, Alejandro. Además de que “Chente” tuvo aquí dos ahijados : José Luis Monárrez y Adalinda Vázquez.
Sin duda, Torreón, Gómez Palacio y Lerdo han estado presentes en la historia de los intérpretes de música mexicana, así que La Laguna no podía quedar fuera del itinerario de la nueva gira de "El Potrillo", llamada "De rey a rey", con la que rinde tributo al "Charro de Huentitán".
Tuvieron que pasar más de tres años para que Alejandro volviera a nuestra tierra, luego de que el 12 de noviembre de 2021 cantara en el Coliseo Centenario, mismo sitio en donde anoche se presentó ante su público local.
Hombres y mujeres agendaron su cita con Fernández desde hace meses o semanas, mientras que algunos compraron sus boletos minutos antes de que empezara el show. De una u otra manera, al final se logró el esperado reencuentro entre él y sus fans de hueso colorado.
Como es sabido, Alejandro pretendía realizar esta gira supervisado por su padre, sueño que no logró cristalizar, motivo por el que el artista decidió emprenderla a manera de homenaje y de paso, desea que las nuevas generaciones conozcan el legado de Vicente.
"Todo salió hace como seis años o cinco años en donde, en vida, yo estaba platicando con mi papá. Yo quería que él fuera el productor. Al final, ya no nos dio el tiempo, nos comió el tiempo, se fue mi papá de este plano y no lo pudimos terminar", dijo Alejandro el año pasado a la agencia EFE.
EL MOMENTO ESPERADO
Laura Salas, del norte de Torreón, arribó con una playera oficial de Alejandro que no compró ahí, sino el año pasado en la Plaza de Toros México, en donde Fernández cantó.
"Fui a verlo al inicio del tour allá en CDMX. Aproveché que andaba allá en noviembre del año pasado por cuestiones de trabajo y me quedé a verlo. Es un gran show, ya lo verán", contó y enseguida se dispuso a encontrar su lugar.
Poco a poco el lugar se iba llenando. Los fans congregados contaban los minutos para ver al tapatío, quien afinaba garganta en el camerino para entonar sus éxitos y los de su padre.
Eran las 9:50 de la noche. Las luces se apagaron. Los gritos no se hicieron esperar. Con la voz en off de su padre, Vicente, pidiendo un aplauso para el más pequeño de sus "potrillos", comenzó el show.
El Coliseo se vino abajo cuando, vestido con un elegante traje negro de charro, Alejandro irrumpió en el escenario, en donde aguardaban sus músicos de banda, mariachi, orquesta y, por supuesto, su fanaticada lagunera.
No me sé rajar, fue el tema que abrió la velada musical que se extendió durante más de dos horas y en la que el talento de Fernández frente al micrófono se hizo evidente una vez más.
Continuó con Lástima que seas ajena, Estos celos, Hermoso cariño, Estuve y Hoy tengo ganas de ti.
"Hola mi gente. Estoy muy contento de regresar aquí a Torreón, Coahuila, en donde siempre me han tratado como si fuera mi segunda casa. Les prometo que esta noche será espectacular", comentó el astro.
Destacó como parte de la producción una pantalla gigante que llenó todo de color. Proyectaba imágenes y símbolos que forman parte de la cultura mexicana, así como fotografías del "Charro de Huentitán".
Tantita pena, provocó que muchos asistentes se pusieran a bailar mientras cantaban la melodía a todo pulmón.
Alejandro incluyó más temas que inmortalizaron a "Chente" como: De qué manera te olvido, Acá entre nos, La ley del monte, El Rey, Volver, volver y uno de sus consentidos, A mi manera.
Retomó Alejandro Fernández los temas que lo han llevado a posicionarse en el gusto de la audiencia, entre ellos: Me dediqué a perderte, Si tú supieras y Sé que te duele.
Homenaje. Para Alejandro, lograr una producción en vivo para su padre no fue algo sencillo, pero sí muy emotivo. (RAMÓN SOTOMAYOR)
