(SEGUNDA PARTE)
7.Elmovimiento estudiantil fue rico en hechos que dieron motivo a “chistes” y anécdotas; por ejemplo: Días antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos, en un mensaje dirigido a la Nación, transmitido por radio y televisión, en afán e intención de reconciliarse con el sector estudiantil que se sentía lastimado y ofendido, buscando restablecer la paz social para que la más importante justa deportiva mundial se desarrollara en un clima de tranquilidad, el Presidente dijo, entre otras cosas, “. . . el odio no ha nacido en mí. . . tiendo mi mano y la ofrezco en prueba de amistad y armonía”; los líderes de los estudiantes hicieron circular inmediatamente volantes con expresiones como ésta: “Que le apliquen la prueba de la parafina a la mano tendida”. (Prueba de la parafina: técnica de investigación policíaca para descubrir residuos de pólvora en la mano y así saber si disparó arma de fuego).
Con la intención de desprestigiar al gobierno en los días álgidos del movimiento, los líderes distribuyeron propaganda parafraseando irónica mente al General Ignacio Zaragoza, quien, al derrotar al ejército francés en la histórica Batalla del 5 de mayo de 1862 en Puebla, puso este comunicado al Presidente Benito Juárez Señor Presidente: las armas nacionales se han cubierto de gloria”. Los estudiantes dijeron a Díaz Ordaz: “Señor Presidente: “Las armas nacionales se han cubierto de sangre”.
Después del episodio de Tlatelolco, en mítines, marchas y manifestaciones circulaban volantes, panfletos y pasquines con la siguiente leyenda: ¿Quién es el asesino de la Plaza de las Tres Culturas...? “LEA el volante y entérese”.
8.Luis Echeverría Álvarez (1970-1976). Acuñó fama de trabajar en su oficina hasta altas horas de la noche, retirándose a descansar muchas veces en las primeras horas de la madrugada del día siguiente. Si aún viviese, seguramente, seguiría haciéndolo, pues nunca se le conoció inactivo ni padecer enfermedad alguna. Gustaba de que se le respetara y se le considerara, más que Presidente de la República, casi una divinidad, por lo que el pueblo tejió una historia anecdótica que tuvo mucha circulación: “En cierta época invernal de mucho frío llega a su casa en Los Pinos, después de un día largo de trabajo; se mete en la cama, y doña Esther Zuno, su esposa, que ya estaba durmiendo, al sentir los pies helados de su marido, exclama sobresaltada: “¡Ay Diosito santo, que fríos”; replica Echeverría, pensando que la expresión era para él; “Aquí puedes llamarme Luis”.
9.De José López Portillo (19761982).Se cuenta que próximo a tomar posesión de su elevado cargo, revisaba los perfiles de quienes serían miembros de su gabinete, rodeado de éstos; los que ya se sentían seguros, gracias “a sus altos méritos”; seleccionaba prospectos tomando en cuenta tres cualidades básicas: capacidad, responsabilidad y honestidad:
Reyes Heroles, Gobernación; Santiago Roel, Relaciones Exteriores; Muñoz Ledo, Educación; etc. Llegó a la persona de Rosa Luz Alegría, con quien sostenía una relación romántica, según los rumores populares. Le dice López Portillo: usted al ISSSTE, replicando la que sería secretaria de Turismo: “¿al ISSSTE, señor Presidente?, pero no soy médico, refutándole el presidente electo:” le digo que usted alISSSTEse, porque en la noche le caigo”. Así es de ingenioso y sarcástico el pueblo de México.
En 1977, se reanudaron las relaciones diplomáticas de México con España, y el presidente López Portillo designó Embajador de México en ese país al expresidente Díaz Ordaz, se decía que por indicaciones de Echeverría. Don Gustavo, acató la decisión presidencial y asumió dignamente el cargo en el país europeo. Poco tiempo duró, pues contrajo una enfermedad en los ojos que le impedía tener buena visibilidad. En una visita aMéxico, otra vez un periodista lo entrevistó preguntándole cuál era su mal óptico, y el expresidente le respondió: “Es que veo doble, veo dos presidentes”, refiriéndose a la intromisión de Echeverría en el gobierno de López Portillo.
10.Carlos Salinas de Gortari (19881994).En el homicidio de Luis Donaldo Colosio, el pueblo volteó a ver a Salinas, considerando que la mano asesina había salido del mismo poder; por eso, al preguntarse, ¿cómo es el que ordenó matar a Colosio? Se contestaba: está PELÓN para saberlo.