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‘Pasta de Conchos es un episodio de mi vida’, escritora Mónica Castellanos
El 19 de febrero de 2006, una noticia cimbró al país: tras una explosión, 65 mineros quedaron atrapados en la mina de carbón número 8 de Pasta de Conchos, ubicada en la localidad de Nueva Rosita, Coahuila. Al prenderse las alarmas, hasta el lugar se dirigieron micrófonos y cámaras; la zona se llenó de periodistas. Las familias, ahogadas en reclamos, exigían el rescate de los suyos. Hoy se cumplen 19 años de aquella tragedia y apenas 13 de esos cuerpos han sido localizados.
Tan doloroso suceso no ha pasado desapercibido por la literatura. En 2018, la escritora mexicana Mónica Castellanos (Monterrey, 1960) inició la redacción de Carbón rojo, una historia que aborda a las profundas minas de la naturaleza humana y está ambientada en la región Carbonífera de Coahuila. De ahí su nombre, se trata de un carbón manchado de sangre.
La historia muestra a Carmina, una mujer de Nueva Rosita que habla con los muertos y a quien le notifican el fallecimiento de su hermana Ada. Enseguida, se dirige a Monterrey para asistir al funeral y allí se encuentra con Bernardo y Violeta, nietos de Ada. La visita a la capital de Nuevo León también le ofrece una incómoda sorpresa, pues en una iglesia cercana a su hotel se topa de frente con el sacerdote que abusó de su hermana y que, además, es el abuelo de sus sobrinos nietos. Mientras tanto, Bernardo, quien es periodista, es notificado de la tragedia en Pasta de Conchos, acude a cubrir la noticia y a levantar testimonios de sobrevivientes que lo marcarán para siempre.
La novela Carbón rojo fue publicada en 2023 por la editorial Hachette. Mónica Castellanos ya la ha presentado en las principales ferias literarias del país y próximamente prepara una más en Sabinas, Coahuila. A la autora la cubre el polvo negro de ese carbón partido por la negligencia de las autoridades y de Grupo México (empresa dueña de la mina). El enojo por la situación emerge en su rostro: indignación, coraje, su palabra es grito ante el olvido.
“Pasta de Conchos es un episodio de mi vida, definitivamente. Dentro de lo que es la gran novela de Mónica Castellanos, Pasta de Conchos ocupa un capítulo muy importante”.
DE CARBÓN ROJO
Está en la sala de su hogar, ubicado en las faldas del cerro de Chipinque, en San Pedro Garza García. Mónica Castellanos abre parte de su alma para conversar sobre Carbón rojo y la tragedia de Pasta de Conchos. Pasan de las cinco. Por la terraza se ve morir la tarde y las nubes que muerden a la montaña se hacen tan grises como el suéter que cubre a la escritora.
“Uno de los enfoques que tiene la novela es el derecho de las familias a cerrar el duelo: tu pariente, tu papá, tu hermano... se van ahorita y ya no regresan, nunca viste los cuerpos, nunca pudiste cerrar ese proceso y es algo que el ser humano necesita. Es como los que mueren en alta mar, que es una cosa fuertísima. Para la familia, no tener la certeza de dónde quedaron debe ser lo peor”.
Carbón rojo nació ante la historia de un suceso familiar que le narró una prima, cuyo bisabuelo fue dueño de tierras en Nueva Rosita, pero las mineras lo despojaron de ellas. Tras confirmar la historia, la autora inició entonces un meticuloso proceso de investigación sobre Pasta de Conchos: revisó fuentes periodísticas en diarios como El Norte de Monterrey o Palabra de Saltillo. Entrevistó al periodista Daniel de la Fuente, quien durante años cubrió la tragedia. También viajó a Pasta de Conchos para aprender de primera mano el lenguaje de las minas.
“Jamás me imaginé que iba a escribir sobre ese acontecimiento”.
Uno de los aspectos que más lamentó de su investigación fue descubrir las condiciones inseguras en las que trabajan muchos mineros. También quiso dar voz a esas mujeres, madres, esposas, abuelas e hijas de los mineros atrapados, quienes realmente han mantenido el reclamo vivo.
“¿Cuántos años han pasado? Y ellas siguen estando ahí; siguen siendo esos tablones y soportes que sostienen no sólo la novela, sino toda esta historia y, de alguna manera, también sostienen el reclamo de unas mejores condiciones de trabajo. De veras que te da mucha tristeza, ¿cómo puede ser que tantos hombres que arriesgan la vida están en condiciones con unos salarios muy por debajo del que deberían de recibir, por el rango de riesgo que corren?, de que la minera no tenga la preocupación por proveer esos elementos que aseguren y garanticen, en la medida de lo posible, su integridad”.
Durante su conferencia matutina del 18 de febrero, la presidenta Claudia Sheinbaum indicó que los trabajos en Pasta de Conchos continuarán hasta que sea rescatado el último cuerpo de los mineros. Mientras Mónica Castellanos da los últimos sorbos a su vaso con agua, se le pregunta qué le diría a la presidenta de México si la tuviera en frente.
“Primero, exigir que se cumplan, a través de la Secretaría del Trabajo, las normas que deben garantizar la integridad de los trabajadores. Y en segundo lugar, que no le afloje a la recuperación de los restos; es un trabajo muy caro, pero creo que las familias de los mineros se lo merecen. Esas serían las cosas que yo le diría”, finalizó.